Veintisiete horas antes del inicio del proceso de acuartelamiento, Marilyn García Pozo, de 18 años, llegó afuera de la Base de Movilización Occidental de las Fuerzas Armadas para sumarse a una fila de jóvenes, todos hombres, que como ella se presentaron voluntariamente ayer a la segunda llamada de la leva 1998.