Fanny Caicedo recuerda que con solo 3 años, cuando aún no hablaba del todo bien, su hijo Christopher empezó a leer como si se lo hubieran enseñado. La hermana del pequeño repasaba unos documentos para rendir exámenes en la universidad y ese día, ante el asombro de la familia, el menor tomó las hojas y leyó sin titubear, con mucha destreza.