El espíritu de la Navidad que siente Alicia Freile de Mora se refleja en la emotividad con la que ha colocado cada detalle, con figuras y colores alusivos a la época, en todos los rincones de su casa. Un espacio es su favorito, aquel en el que está su colección de nacimientos en miniatura.

Sobre unas estructuras metálicas con forma de caja que le regaló su esposo, José Mora, tiene un lugar de preferencia un pesebre que fue traído de Jerusalén y elaborado en madera, que recibió de regalo del padre José Giner.

Ese es uno de los 158 nacimientos que posee. Todos están enumerados y además registrados en una base de datos en su computadora.

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En la colección hay una variedad de pesebres de Ecuador y otros países, entre ellos, España, Uruguay, México, Italia, Chile, Venezuela, Puerto Rico, República Checa, Grecia y además Montenegro (península balcánica).

Ella dice que los cuida con dedicación y disfruta observándolos. Atraen por la variedad de colores, formas y materiales con los que están elaborados. Los hay de vidrio, cristal de bohemia, plata, cerámica, mazapán, piedra, entre otros materiales.

En su colección tiene pesebres que ella compra y otros que le han regalado sus amigos y familiares. “Lo que hacen es traerme de recuerdo un nacimiento. Aquí está demostrado el cariño”, cuenta.

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Su afición empezó hace doce años cuando compró un nacimiento y le gustó. “Primero lo tenía en la mesa de centro de mi casa, después me regalaban familiares y amigos y fue creciendo hasta que ahora me considero una coleccionista”, expresa.

Cuando viaja lo primero que hace es preguntar dónde puede hallar pesebres. “Representan para mí el amor y la familia”. Alicia dice que seguirá coleccionando toda su vida y que cuando muera los dejará a alguien que pueda cuidarlos bien. “Es un gozo, satisfacción cuando me regalan uno, me encanta”, dice con alegría. (I)

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Valor
Los nacimientos representan para Alicia la familia y el amor, que son la base de su vida