En la cooperativa Valle de la Flor, en el bloque 21 de Flor de Bastión, noroeste de la ciudad, los moradores esperan la reconformación de las calles, empedradas y fisuradas, para evitar que eventuales aguaceros interrumpan la movilidad de la gente y de los vehículos.Ante la probable llegada del fenómeno de El Niño, cuyos estragos, según pronostican entidades que analizan los cambios climáticos, se sentirían desde noviembre próximo, esa es una aspiración de los vecinos.Flor de Bastión y La Ladrillera, sector conformado por cooperativas como Las Delicias, Nueva Guayaquil, entre otras, están en proceso de regularización por el Municipio, cita el concejal Josué Sánchez.Y a la vez son algunas áreas del noroeste consideradas como propensas a inundaciones y parte del 20% de la urbe vulnerable, según el comité de Gestión de Riesgos Cantonal.María Murillo, coordinadora de Valle de la Flor, dice que hace 15 días una delegación municipal visitó el sitio y ofreció ejecutar acciones para mitigar los efectos del evento climático. Y por eso hay expectativa.“Aquí inundaciones casi no hay, pero necesitamos el arreglo de las calles para no quedar aislados”, refiere y asegura que las manzanas que se ven afectadas con anegaciones son las de la parte baja del cerro.Las mzs. 2588 y la 2584 son dos de ellas. En esta última, que lindera con una zanja llena de monte, vive Liliana Barco hace 16 años. “Yo tuve que poner estas dos hileras de ladrillos (en la puerta) para que el agua no se me meta en la época del invierno”, cuenta la mujer.En estas manzanas hay acumulación de agua que proviene de las casas, porque allí aún no hay alcantarillado sanitario.“Esto es de todo el año y cuando llueve se suma el agua que viene de la parte alta del cerro”, describe Murillo.El edil Sánchez señala que desde el próximo lunes el Cabildo empezará la reconformación de calles en Flor de Bastión, como una medida provisional ante El Niño. Un trabajo similar, agrega, se ejecuta ya en otros sectores como San Francisco, Sergio Toral y Nueva Prosperina, todas al noroeste.En la cooperativa Las Delicias, Victoria Véliz, coordinadora barrial, afirma que también es necesario el arreglo de las calles llenas de surcos. Ella afirma que ante eventuales inundaciones estarían en riesgo unas 10 familias asentadas a orillas de un canal, en casas de caña. Sobre esa zanja los vecinos tienden frágiles puentes de tabla para poder cruzar.También, añade, el sector bajo donde funciona el campamento educativo Dolores Veintimilla de Galindo es vulnerable. Allí, en mayo de 2014 un aguacero llenó de lodo el patio del plantel y dañó hasta los textos que da el Gobierno.“Esperemos que las lluvias no sean tan fuertes, porque la naturaleza es un poco impredecible”, sostiene la dirigente.En la cooperativa Nueva Generación, situada más adelante del canal de La Ladrillera, moradores como Martín Palma y José Luis Cabezas dicen estar temerosos porque el sitio sí se inunda y las calles se vuelven fangosas, por lo que ni los tanqueros entran a dejarles agua.El concejal Sánchez manifiesta que el Cabildo interviene allí solo con brigadas médicas y otras asistencias menores, pues no es un sector que le corresponda legalizar. (I)<strong>Detalles<br /> Acciones en ejecución</strong><strong>Limpieza de canales</strong><br /> La concesionaria Interagua efectúa trabajos de limpieza de los canales del sur y noroeste de la ciudad. El drenaje pluvial se compone de 16 sistemas.<strong>Conformación de brigadas</strong><br /> El comité de Gestión de Riesgos Cantonal trabaja en la conformación de brigadas comunitarias para capacitar a la gente en temas de prevención y respuesta ante eventualidades como inundaciones.