Ruta de la orilla del Guayas

A la orilla del río Guayas y del Estero Salado crece esta ciudad puerto, Guayaquil. La nostalgia vive en sitios como el Barrio del Astillero, el Mercado Sur y Las Peñas; y la modernidad se abre espacio en el Malecón 2000, Puerto Santa Ana y Malecón del Salado.Tras dos grandes incendios, la urbe se levantó con el esfuerzo de comerciantes, pescadores, ciudadanos, de todos quienes llegaron desde diversos puntos del país y del mundo. Recorrer la perla del Pacífico es disfrutar la historia de una ciudad diversa, que se reconstruye día tras día.Desde la avenida Olmedo hasta la calle El Oro, en el sur de Guayaquil, se mantiene una reliquia viva: el Barrio del Astillero.Su nombre se desprende de la actividad realizada por carpinteros y trabajadores que arreglaban y construían barcos a lo largo del río Guayas, ya desde los años 1500. Se convirtió en una cuna de viajeros y luego en el hogar de migrantes.Varaderos, industria y fútbol, son las tres palabras que más se relacionan con este barrio. Ahí, en la calle que hoy se conoce como Eloy Alfaro, se levantaron las primeras grandes industrias.Ahí nacieron los equipos de fútbol que hoy cuentan con más hinchada en el país: Barcelona y Emelec, el primero en 1925 y el segundo en 1929, ahí nació el Clásico del Astillero.La intensa actividad naviera quedó en el pasado, desaparecieron los grandes astilleros de la época colonial. Hoy solo funciona uno, Astinave, de la Armada Nacional, nacido a principios del siglo XX, y quedan apenas siete varaderos, pero la nostalgia y la brisa del río continúan atrayendo a los visitantes.Ahora es un palacio de cristal, un Patrimonio Histórico de la ciudad. El Mercado Sur fue inaugurado en enero de 1908. Embarcaciones y buques descargaban ahí sus productos, el comercio fluía como el río. Realizado en estructura metálica en la primera década del siglo 20, esta obra fue atribuida a Gustave Eiffel, el ingeniero civil francés por quien la famosa torre de París lleva su nombre.Tras varios años de abandono e incluso contemplar su demolición, el Mercado Sur fue remodelado. Logró mantenerse en pie durante casi un siglo, y el 26 de febrero del 2002 se inauguró como Palacio de Cristal. Así, muestra sus entrañas de hierro forjado y acoge diferentes exposiciones itinerantes de arte y cultura.Su superficie de 20.975 metros cuadrados, en el sur del Malecón Simón Bolívar, en intersección con la calle Manabí, incluye una plaza para los artesanos y varios locales comerciales.En el Malecón Simón Bolívar y el boulevar Olmedo está la Plaza Olmedo. Ahí se levanta el monumento al prócer José Joaquín de Olmedo, primer alcalde de Guayaquil y precursor de la revolución del 9 de Octubre de 1820.Varios miradores y una terraza sirven para admirar el río, y a través de un puente peatonal de madera se conecta con el Malecón Simón Bolívar, con el Centro Comercial Malecón y con diferentes locales de comida.Calle de la Orilla era el nombre de la hoy conocida como avenida Malecón Simón Bolívar. Así se la conocía desde antes de 1820. Según registros históricos, en 1845 ya había asientos de madera y lámparas de hierro fundido a lo largo de esta calle.Este sitio con pequeñas y endebles casas y embarcaciones era el primer paisaje que recibía a los viajeros que llegaban en barco. La importancia económica y estratégica de este punto impulsó a que comerciantes aporten para su remodelación.Por ello, en 1931 el cabildo porteño denominó a un sector del malecón como "El paseo de las Colonias Extranjeras". Jardines, sillas de descanso, monumentos y la Torre Morisca con el Reloj público se construyeron ese mismo año. En agosto de 1936, el Municipio decidió que esta larga avenida tome el nombre de Malecón Simón Bolívar, como se la conoce hasta ahora, en homenaje al libertador Simón Bolívar.Fue entre 1999 y 2000 que se construyó el Malecón como hoy lo conocemos, y al que tras la remodelación se denominó Malecón 2000. Este gran parque urbano de 2,5 kilómetros (26 cuadras), desde la calle Cuenca hasta el barrio Las Peñas, tiene jardines, lagunas artificiales, fuentes de agua, miradores, muelles, monumentos históricos, exposiciones itinerantes y más.Todos los días, de 06:00 a 24:00, propios y extraños recorren sus áreas verdes, áreas de juegos infantiles y de ejercicios, sus locales comerciales y locales de comida.En el centro del Malecón Simón Bolívar, en su intersección con el boulevar Nueve de Octubre, se destaca el Hemiciclo de la Rotonda. Creado para conmemorar la célebre "Entrevista de Guayaquil" entre los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín, el 26 de julio de 1822, este monumento fue inaugurado en 1938.Bolívar y San Martín están de pie, saludándose, vestidos con trajes militares en medio de un hemiciclo de diez pilares y diez columnas sobre la cual están izadas las banderas de los países sudamericanos que libertaron.En semicírculo de mármol se convirtió en una de las estampas más representativas del paisaje urbano, en el escenario de actos oficiales y en uno de los puntos favoritos de los turistas para fotografiarse. Tal vez, para continuar celebrando la emancipación.Dentro del Malecón Simón Bolívar, en intersección con la calle Imbabura, se destacan los Jardines del Malecón. Son 22 mil metros cuadrados donde se reúnen 350 especies vegetales nativas e introducidas.Hay también un estero artificial y una laguna de patos, gansos y peces. Los visitantes pueden recorrer senderos peatonales de 1,5 kilómetros de longitud, descansar bajo la sombra de grandes árboles, y admirar las diferentes piletas y puentes.El lugar se usa para diferentes exposiciones lúdicas y culturales, y está adaptado para personas con discapacidad, tercera edad y niños.Con más de 400 años de antigüedad, Las Peñas es el barrio más antiguo de Guayaquil. A través de su única calle de 300 metros de largo, Numa Ponpilio Llona, se pueden apreciar tradicionales casas de madera con vista al río, y revivir el ambiente bohemio del siglo XX en sus diferentes galerías de arte, cafeterías, restaurantes y bares.Ubicado en el Cerro Santa Ana, el nombre de este barrio se debe a la cantidad de peñascos que observaron los españoles que se asentaron en el siglo XVI. Más tarde, cuando se había convertido en un balneario debido a su cercanía al río, y en el hogar de artesanos y pescadores, el sitio fue destruido en dos ocasiones, por los dos grandes incendios que afectaron a Guayaquil.En los años 20, en la bonanza cacaotera, el barrio fue reconstruido por familias acaudaladas. Esas son las casas que permanecen hasta hoy. En ellas vivieron once presidentes de la república, escritores y artistas reconocidos.Las Peñas es considerado Patrimonio Cultural de la Nación, y hoy es posible subir el Cerro Santa Ana a través de 444 escalinatas, conocer el Museo Naval donde se exhibe el arsenal con que defendió a la ciudad de ataques piratas, el faro, la capilla Santa Ana, entre otros atractivos, además de la vista panorámica de la ciudad y el río Guayas. 8. Puerto Santa AnaAl término del barrio Las Peñas se levanta el complejo inmobiliario y turístico de cuatro hectáreas Puerto Santa Ana. Edificios, locales comerciales, plazas, museos y un malecón que bordea al río Guayas son algunos de los atractivos.En las faldas del Cerro Santa Ana, este complejo se inauguró en abril del 2007, y hoy presenta la historia del Ruiseñor de América en el Museo de la Música Popular Julio Jaramillo Laurido, y la historia de los equipos más populares del país en los museos de los equipos del Astillero, Barcelona y Emelec. Además, los turistas pueden visitar también el Museo de la Cerveza.Una mezcla de arquitectura colonial y moderna se funden en el Puerto Santa Ana, donde además está el edificio más alto del país: Point, con 137 metros. Pasear en bote por el estero Salado es posible desde el Malecón del Salado, ubicado junto al puente 5 de Junio y el puente El Velero, en las cercanías del boulevar Nueve de Octubre y la avenida Tungurahua.A orillas del estero Salado, este punto turístico fue inaugurado en el 2009. Cuenta con jardines, plazoletas, locales de comida y monumentos que rinden homenaje a escritores, médicos y otras personalidades destacadas en la historia de la ciudad.Abierto desde las 07:00 hasta las 20:00, este malecón cuenta con una terraza cuya cubierta se asemeja a las velas de una embarcación, y sus espacios abiertos se usan para presentaciones artísticas. También encontrará quioscos de artesanías, restaurantes y discotecas.Este malecón se extiende con la Plaza de la Música a la orilla de los hogares situados en el barrio Garay. Además, desde el Malecón del Salado se puede apreciar la Fuente Monumental de Aguas Danzantes.A continuación del Malecón del Salado, está el Malecón de la ciudadela Ferroviaria, inaugurado el 29 de octubre del 2004, donde se levanta la Fuente Monumental de Aguas Danzantes y luces de colores.Con una extensión de 290 metros lineales, el Malecón de la ciudadela Ferroviaria acoge a la gran fuente de agua, una pasarela hacia el Puente del Velero y distintas áreas verdes.El Puente El Velero se remonta a 1998, pero fue reinaugurado en julio del 2005. Locales y turistas caminan por los pasos peatonales de madera, contemplan el entorno natural al pie del estero Salado, y el estilo arquitectónico moderno que simula un velero.

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