En el mezanine del edificio donde funcionan las instituciones del sector social, ubicado en la av. Plaza Dañín, en el norte de Guayaquil, unas 40 personas con discapacidad auditiva esperaban impacientes. Se trataba de adultos mayores en sillas de ruedas y menores de edad que no perdían de vista las cajas blancas que contenían las prótesis auditivas o, como ellos las llaman, los audífonos.