“¿Una parroquia en la vía a Samborondón?... ¡pero si eso es un pantano!”, fueron las palabras de asombro de monseñor Enrique Julhes Mijoule hace 33 años, cuando el arzobispo de aquel entonces, monseñor Bernardino Echeverría, lo citó para comentarle la idea de fundar una parroquia en la ciudad.