Los oficios se heredan. Los hermanos López ejercen el arte de la talabartería en el taller Don Viterbo, en las calles Ángel María Cepeda 708 y Juan Montalvo, en Salitre, la capital montubia del Ecuador.
El taller de Antonio y Miguel López Díaz, huele a cuero y suela. Materias primas con las que confeccionan baticolas, bozales, cabezadas de freno, pretales y otros aderezos para los caballos. Como también elegantes sombreros de gamuza y cuero o vainas para machetes, vinchas para revólver, cananas y un sinnúmero de objetos que utilizan nuestros vaqueros.
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Cuentan que a inicios del siglo anterior, el oficio entre ellos lo empezó su abuelo José López Rodríguez, oriundo de Vernaza. Zapatero que cuando se trasladó a Salitre se dio cuenta de que la mayoría montaba a caballo, entonces empezó a ejercer la talabartería. Oficio que heredó don Viterbo López, padre de Antonio y Miguel.
El domingo es una fiesta en Salitre. Más que todo en el malecón y su río. El taller Don Viterbo está en un sector más tranquilo. Ahí, en la entrada, se exhiben aderezos de cuero adornados con hermosas piezas de acero.
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“Nosotros no éramos como la juventud de ahora, cogíamos un martillo y ayudábamos a nuestro padre desde los seis o siete años. Este es un trabajo que aprendimos, queriendo o no queriendo. Todos los hermanos sabemos el oficio”, dice Antonio López, de 58 años.
Recuerda que su padre confeccionaba aderezos y correas más sencillas. Hace 22 años, cuando su padre murió, él ya había regresado de Venezuela y junto con su hermano Miguel –de 49 años– se hicieron cargo del taller. Siguiendo la tradición pero con innovaciones.
Porque antes se utilizaba monedas metálicas de sucre para adornar piezas de cuero y suela, pero desde hace pocos años Antonio, utilizando cinceles y martillo, forja figuras en láminas de acero inoxidable para engalanar aderezos y monturas, cintillos de sombreros de cuero y camuza o en las hebillas de cinturones de los vaqueros.
Las figuras que labra a puro pulso son: caballos, cabezas de potros, toros, botas de montar, espuelas, etc.
“A nuestro pueblo montubio le gusta andar todo brillocito”, explica Antonio, “con cinturones adornados con hebillas de acero con dibujos que tallamos a mano. En Salitre a la gente le gusta montar su caballo bien aderezado, ellos pueden andar sin zapatos y sucios pero su caballo va bien arregladito”.
Piezas que por artísticas y hechas a mano no son tan baratas, por ejemplo una montura de cuero, suela y madera cuesta entre $ 300 y $ 400. Un aderezo completo con montura y todo, de $ 1.200 a $ 2.500.
Miguel López se dedica a confeccionar sombreros y al tejido de riendas de suela. Comenta que ahora los sombreros de paja, como son frescos, se utilizan para trabajar y los de cuero y gamuza para pasear.
“Ellos (los montubios) tienen que andar con su sombrero elegante y el caballo igual, porque gastan más plata en su caballo que en ellos”, afirma.
Así es la gente y las costumbres en Salitre, la capital montubia del Ecuador. El pueblo natal de los talabarteros López Díaz que engalanan a vaqueros y a sus caballos montubios.
22 años
Llevan a cargo del taller Miguel y Antonio López.
El negocio: Pedidos
Usuarios
Los clientes del taller Don Viterbo son hacendados de Salitre, Yaguachi, Milagro, Esmeraldas y otras ciudades. Las creaciones de los hermanos López Díaz han llegado hasta México.
Demanda
La época de mayor demanda en el taller es de agosto a noviembre por las fiestas y cabalgatas que se realizan.
En Salitre, el sombrero tiene que estar adornado con figuras de acero porque a ellos les gusta el brillo, hacerse notar. El que monta a caballo con gorra, no es montubio”.Miguel López, talabartero