A simple vista es un departamento cualquiera, en un condominio de la sexta etapa de la Alborada, del lado de la avenida Francisco de Orellana, al norte de Guayaquil. Pero es aquel que en las redes sociales se promociona como sitio donde funciona un spa, un lugar donde se ofrecen tratamientos, terapias o sistemas de relajación. Ya en su interior tiene más sorpresas: funciona como un local donde el sexo y el placer son los ingredientes principales.