El colegio nacional experimental Aguirre Abad ha proporcionado conocimiento a varias generaciones durante 76 años.

Esta entidad educativa tomó su denominación de un destacado político, diplomático e historiador ecuatoriano: Francisco Aguirre Abad, quien nació en 1808 en Baba, actual provincia de Los Ríos, que en esa época formaba parte de la Gobernación de Guayaquil.

No obstante, Aguirre Abad desarrolló su vida en la urbe porteña, en la que ejerció cargos jurídicos como procurador síndico municipal, concejal, jefe político del cantón, subdirector de Estudios y presidente de la Junta Provincial.

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Según reseñas del fallecido académico Hernán Rodríguez Castelo, en su obra biográfica Francisco Xavier Aguirre Abad, el hombre y el escritor, el personaje es uno de los ciudadanos más emblemáticos del siglo XIX por su participación política y catedrática.

Además, su nombre estuvo nominado dos veces a la Presidencia de la República.

Aguirre Abad defendió la educación pública y aportó a la superación de la niñez y juventud a través de la enseñanza, constando entre las máximas autoridades de la Universidad de Guayaquil, hasta su muerte en el año 1882.

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Su legado se vislumbra en los bachilleres y las figuras destacadas de la sociedad contemporánea, que algún día portaron el uniforme de la institución que lleva su nombre.

El excomandante general de la Marina Aland Molestina y el político Jacinto Velázquez son solo algunos ejemplos.

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Según refirió Harry Valarezo Gómez, docente del colegio Aguirre Abad desde 1996 hasta 2015, el plantel guayaquileño siempre se ha caracterizado por darles a sus alumnos una formación ética y moral.

“El aguirrense de cepa lo dice con orgullo y si usted pregunta, siempre agradecen a sus maestros”, dijo Valarezo.

La historia del colegio se remonta a 1944, cuando fue fundado en el periodo presidencial de Carlos Arroyo del Río. Las primeras instalaciones estaban ubicadas en el Teatro 9 de Octubre, entre la av. 9 de Octubre, García Avilés y Rumichaca.

Su ubicación actual, en la avenida de las Américas, junto a la Universidad Laica Vicente Rocafuerte, data de 1960, cuando sucedió el traslado debido a que las anteriores oficinas se incendiaron.

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La educación en esos tiempos era estricta, citó el educador. Por ejemplo, expresó, cuando el profesor llegaba al aula los estudiantes se ponían de pie; y la exigencia académica también era fuerte.

Al igual que muchos otros colegios fiscales, el Aguirre Abad vivió su era dorada.

“La mayoría de estudiantes que ingresaban a la Universidad Politécnica eran de colegios públicos”, recordó el exdocente Valarezo.

Francisco Aguirre Abad fue un destacado educador ecuatoriano del siglo XIX. Foto: Archivo.

Valores como la honestidad, la puntualidad, el respeto y muchos otros más no solo eran teorizados, sino también puestos en práctica por todo aquel que forme parte del colegio.

Esos principios se mantuvieron cuando el colegio atravesó un periodo difícil, producto de un cambio social en el país.

La migración, ocasionada por el feriado bancario de 1999, tuvo sus repercusiones sociales y los más jóvenes también fueron afectados por este fenómeno social.

El consumo y la venta de drogas, así como los escándalos, fueron frecuentes en esta institución hasta alrededor de los años 2013 o 2014. “Para contrarrestarlo existían los valores”, expresó Valarezo.

Todos los docentes estaban en la obligación de, al menos durante cinco minutos, dar ejemplos de vida de la aplicación de valores a los chicos.

“Si en el hogar, que es la primera institución formadora en valores, no lo hacen, ¿a quién le corresponde? Es a la escuela o colegio en segunda instancia. Entonces cuando ese bachiller se gradúe del colegio, podrá salir fortalecido en valores”, señaló Valarezo.

Los problemas llegaron a tal punto que estudiantes se lanzaban rocas entre ellos y acciones delictivas provocaron la intervención de la Policía.

En los últimos años se han escuchado menos escándalos sobre el colegio guayaquileño. Según Valarezo, debido a que las autoridades instauraron políticas internas firmes para mantener la integridad de la educación. (I)

Vida política y legado de Francisco Aguirre Abad

Francisco Xavier Aguirre Abad también fue diputado a la Asamblea Constituyente de 1852. Fue elegido como su vicepresidente.

En las dos veces que fue postulado para la Presidencia de la República, alguien más terminó tomando el cargo: el primero fue José María Urbina y el segundo fue Gabriel García Moreno, por un golpe de Estado, según reseñas.

Su trayectoria política y diplomática lo inspiró a escribir el libro Bosquejo histórico de la República del Ecuador.

Actualmente, además del plantel que lleva su nombre, existe una calle en el centro de Guayaquil nombrada en honor a este destacado personaje. (I)