Las manos de Julio Calero ya no se aferran por completo a los tubos de una silla de rueda. Son las 11:30 del sábado 28 de diciembre y él empuña las barandas de un equipo de rehabilitación física para retomar su actividad de pie, con la ayuda de su nueva pierna que fue donada por la empresa privada Protésica Checa Loor.