Jóvenes que gustan de la robótica, con reto en Tailandia

Todo empezó como un juego. El interés y la curiosidad por la computación, por los legos y el armado de piezas, poco a poco fueron sumándose en la conformación de un robot.

Así, de manera natural pero disciplinada, seis jóvenes invirtieron tiempo adicional a su jornada de estudios para crear y aprender a hacer máquinas con funciones concretas.

Édison Sancán, Ronald Vereta, Jonathan Figueroa, Érick Villavicencio, Víctor Mermello y Dilan Suárez son parte del Proyecto Social Aula del Conocimiento, de la Fundación Hogar de Cristo, que se ubica en el sector de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil.

Este equipo es el actual ganador en las categorías júnior y sénior de Olimpiadas WRO Ecuador 2018, organizadas por la firma Centro Campus.

El mes venidero, los jóvenes prevén participar en un mundial de robótica que se realizará en Tailandia, país asiático.

Ivonne Sánchez, tutora de los jóvenes, explicó que ellos presentaron dos robots para cada reto, uno sobre agricultura de precisión y el otro sobre repartición de alimentos.

La tutora comentó que actualmente los jóvenes trabajan más horas de lo regular para practicar y poder mejorar la primera propuesta, y así competir internacionalmente.

“Queremos crear habilidades y destrezas, acercar a los niños a la tecnología. Los de 8 años empiezan a dar computación, uso de programador”, expresó Sánchez.

“Somos bicampeones en la categoría júnior, estoy feliz”, dijo un dedicado Jonathan Figueroa, en la práctica que realizaron los estudiantes el viernes pasado.

Con apoyo de Hogar de Cristo

En el Proyecto Social Aula del Conocimiento, de la Fundación Hogar de Cristo, se ha enseñado a 1.300 niños desde el 2013. Cada año son por lo menos 300 niños y jóvenes del norte de la ciudad los que reciben capacitación.

Cinco de los seis jóvenes ganadores estudian en la Unidad educativa San Ignacio de Loyola, ubicada en la cooperativa de ese mismo nombre, a pocos minutos de Hogar de Cristo.

Esta institución es coordinada por la Fundación Madre Dolorosa, que ya cumple 30 años de servicios. Su presidenta, Ana Garay de Lasso, indicó que se sienten orgullosos de la calidad y entrega de los jóvenes, por lo que seguirán motivándolos a superarse.

Algo que enfatiza es el cuidado del ambiente. “Aparte de ser la competencia como tal se busca cuidar el medio ambiente, y eso nos deja un propósito como jóvenes”, expresó Érick Villavicencio, uno de los jóvenes que prevé viajar a Tailandia. (I)