Da frutos durante todo el año, desde hace dos décadas. El árbol de mango que hay en el garaje de la casa de Linda Aragundi, en las calles 25 y Rosendo Avilés, lo sembró su padre (fallecido). Por ambas razones ella siente nostalgia de tumbarlo, ya que está algo inclinado hacia la parte frontal de la vivienda e interrumpe la construcción de un segundo piso.












