Con siete alumnos, en un edificio que pertenecía a la Sociedad Hijos del Trabajo, en la calle Boyacá, del centro de Guayaquil, Abelardo García Arrieta comenzó con la escuela Abdón Calderón, en mayo de 1947, dando clases en unas habitaciones del piso alto de ese edificio y utilizando el área de juegos como patio de recreo.