Ante la cantidad de carne de animales silvestres que salía al mercado, la Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana (Amwae) creó un proyecto de entrega de plantas de cacao a mujeres indígenas para su cultivo y, a cambio, los hombres debían dejar la cacería. Esta es una de las tres apuestas tangibles por la conservación de la Amazonía, que se suma a una de Brasil, donde se cuida de un enorme pez de río, y otra en la que se declaran gobiernos autónomos para defender su territorio de la extracción de recursos en Perú.