Lo funcional también es lindo. La coqueta sirve como escritorio, su efecto ‘glossy’ y el gran espejo amplían la iluminación. Se destacan los tonos champán y palo de rosa.
Aquí descansa una joven de 16 años. El papel tapiz de arabescos no pierde vigencia y le da carácter al sitio, así como unas molduras sinuosas. Los candelabros de cristal actúan como lámparas de velador y el juego de espejos multiplican la luz. En esta propuesta muy femenina hay un contraste moderno en el respaldar de la cama, con plafones cuadrados forrados en cuero sintético con listones de madera en tono champán.
Elementos fuera de serie, como el primer plano de un león, y accesorios en rojo fueron los deseos de una estudiante de 14 años. El reto fue cuidar la distribución del lugar. Se cree que el negro contrae el espacio, pero en esta propuesta resultado en mayor profundidad. También se logró este efecto al reemplazar las lámparas de velador por piezas metálicas iluminadas verticales. El blanco suavizó los tonos escogidos.
Divertidos muebles complementan esta habitación. El televisor va encima de un modular flotante con líneas limpias. La cabina antigua de teléfono y el bus son muy llamativos e igual de prácticos, ya que permiten almacenar objetos que deben estar fuera de vista, como artículos personales. La clave del dormitorio juvenil es mantener el orden de forma muy alegre y creativa.