Cincuenta familias pernoctan en un terreno baldío en el centro de Manta.
PÉRDIDAS. Lo recuperado de una de las casas colapsadas sirve de recreación a dos niñas que juegan en un terreno baldío de tierra, en el centro de Manta, en el que viven y duermen unas 50 familias. Ellos permanecen bajo carpas donadas por el organismo estatal Cascos Blancos de Argentina. Comer depende de quienes llegan con sus donaciones al lugar.
TRABAJO. Dos familias pernoctan en un parque en forma de triángulo al pie del monumento del expresidente Velasco Ibarra, en Bahía de Caráquez, en Sucre. Silvia García (i), de 54 años, dice que no va a un albergue oficial porque prefiere cuidar lo que quedó de sus pertenencias. Su esposo, que se dedica a lustrar zapatos, busca retomar la actividad.
SOBREVIVIR.Veinte familias permanecen en el parque de la Plaza Cívica en el centro de Montecristi. Dicen que sus casas tienen los sellos rojos (que significa demolición) o amarillos (de uso restringido por presentar daños). Los jefes de los hogares salen a trabajar cada día vendiendo en los buses o ayudando en la remoción de escombros para obtener dinero.
OPCIONES.El presidente de Cruz Roja de Sucre, Luis Dueñas, es uno de los afectados por el terremoto por lo que está en el parque al pie de la iglesia la Merced. Dice que el gobierno debe otorgar créditos para reactivar el sector productivo: “No queremos dádivas... La gente se está acostumbrando a que todo les llegue de las donaciones y eso puede afectar la recuperación”.
Vivir bajo carpas es la realidad de miles de desplazados en Manabí y otras provincias. Están en albergues, refugios o veredas.