M.B.M., de 12 años, no pudo contener las lágrimas al recordar a su amiga y compañera de clases Victoria Leonarda Rengel Ochoa, de la misma edad, quien pereció junto a sus padres y hermanos en un accidente de tránsito.

La tragedia ocurrió la mañana del pasado domingo en la vía Milagro-Yaguachi, cuando las víctimas se dirigían a Quito para vacacionar previo al próximo inicio de clases.

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Ayer, M.B. llegó al velatorio acompañada de otra amiga y la madre de esta última. Mientras secaba con sus manos las lágrimas de sus mejillas y restregaba sus ojos para evitar seguir llorando la adolescente dijo que tiene buenos recuerdos de su amiga Victoria. “Era muy buena persona y amiga”, expresó.

La otra amiga en cambio, se acordó del último viaje a la playa que hicieron por la finalización del periodo escolar. “La pasamos bien”, dijo y agregó que este año todas iban a cursar el primer año de secundaria.

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El patio del Club de Leones de Milagro, ubicado en las calles Ambato y Leonidas Plaza, fue escogido por los deudos para levantar la capilla ardiente. El féretro de Victoria yacía en el centro, en medio de los ataúdes de sus hermanos gemelos, David y Leonardo, de 5 años. En los extremos estaban los cofres mortuorios de sus padres, Patricia Magdalena Ochoa Cevallos, de 46 años, y Ninel Abelardo Rengel Campos, de 41, como protegiendo a sus pequeños.

Antes de que la familia parta hacia la capital, Sara Pincay dijo que saludó con los esposos ahora fallecidos. “Yo regresaba de la universidad donde doy clases y Ninel me gritó y saludó, minutos después me dijeron que todos fallecieron; es muy duro”, manifestó la amiga.

En el sitio había aproximadamente 400 sillas para los familiares y amigos, pero la mañana de ayer eran pocos los que acompañaron los féretros.

Entre ellos estaban Nino Centanaro y su esposa Gabriela Martínez, amigos de las víctimas, quienes llegaron al velatorio creyendo que la única fallecida era Ninel Rengel. “Al entrar nos sorprendimos, no podíamos creer que toda la familia había muerto”, expresó él.

A un costado estaba Efraín Rodríguez, de 67 años, quien aseguró no recordar un suceso similar en Milagro. “En todos mis años de vida no recuerdo que una familia entera haya muerto de esa manera”, dijo.

Las autoridades investigan cómo se produjo el accidente. Pero se presume que por evitar impactarse con otro vehículo en plena curva, Ninel Rengel se precipitó a una cuneta de al menos 1,60 metros de profundidad, donde el auto Peugeot gris, de placa GNU-047, quedó con las llantas hacia arriba.

La autopsia determinó que los cinco miembros de la familia murieron de asfixia por sumersión; es decir que se ahogaron en la cuneta.

Mañana sería el sepelio, después del arribo desde Alemania de la madre de Patricia Ochoa. Ayer tenían previsto llegar desde Venezuela los padres de Ninel Rengel.

Oriente

Ninel Rengel y su esposa Patricia Ochoa se conocieron hace aproximadamente 12 años en el oriente ecuatoriano, donde se casaron, según sus familiares.

Milagro

Ambos se radicaron en Milagro, donde él comenzó a trabajar en una cadena de supermercados y ella en una agencia de viajes. Eran muy conocidos en la localidad.