Urbanizaciones, canteras, empresas, centros educativos y comerciales invaden el derecho de vía otorgado en 1988 a Petroecuador para el paso del poliducto Libertad-Pascuales en vía a la costa, según Rolando Panchana, presidente de la comisión de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Asamblea Nacional.
Portovita, Torres del Salado, Ciudad Olimpo, Portoalegre y Oporto y Mi Lote son los proyectos residenciales que están sobre el derecho de vía que va del km 9 al 24. “Desde 1988 se reservó la potestad a la petrolera para colocar cualquier otro tubo, además del poliducto, por esa misma ruta siempre que sea de transporte de hidrocarburos”, explica Panchana.
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El asambleísta destacó que el costo anual del transporte de gas licuado de petróleo (GLP) por buques es de $ 1,5 millones mensuales y al llevarlo a través del gasoducto representa un ahorro para el país.
Entre el poliducto y gasoducto, y cualquier construcción debe haber una servidumbre de 15 m.
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El ingeniero Darío Jaramillo, morador de Portovita, opina que aun cuando haya una invasión del derecho de vía, la importancia radica en la prevención de cualquier accidente. “Todas las construcciones podrían retirarse los 15 m y listo. Pero luego de investigar conocemos que el espacio de afectación en caso de una catástrofe es de 1.000 m a la redonda”, explica.
La norma para quienes invaden el derecho de vía con cruces viales, como es el caso de Portal al Sol y Torres del Salado es hacer ductos cajón, válvulas de bloqueo y encamisados metálicos para proteger el poliducto de 10” y el gasoducto de 12” de diámetro. según la Comisión de Biodiversidad y Recursos Naturales refirió hacer ductos cajón,
Los moradores de la vía a la costa reclaman por la falta de sociabilización del proyecto. Sin embargo, Panchana indica que es responsabilidad de los promotores inmobiliarios informar a los compradores sobre el poliducto y derecho de vía. Además, dijo que ese sector es solo un tramo que abarca 15 km de los 130 que recorre el gasoducto. “El rigor de sociabilizar existe para obras nuevas, pero esto no es nuevo, es una ampliación de otra obra”, aclaró haciendo hincapié en que el poliducto está desde 1988. Por ahora, los vecinos del sector se preocupan por informar sobre los riesgos del paso de un gasoducto por zonas pobladas. Jaramillo dice que han hecho foros en la Universidad Técnica Salesiana y la Espol. “Quince metros no implican seguridad”, manifiesta el morador. Panchana explica que en Quito hay un proyecto igual y que el riesgo es el mismo al de vivir cerca de cualquier refinería.