El estado amazónico de Acre, en el norte de Brasil, fronterizo con Bolivia y Perú, decretó "emergencia social" y pidió ayuda al gobierno ante una ola de inmigración ilegal, principalmente de Haití pero también de países africanos y asiáticos.

"En poco más de un mes ingresaron más de mil inmigrantes ilegales" por esa vía, denunció este miércoles el secretario de Justicia y Derechos Humanos de Acre, Nilson Mourao.

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Una ola de inmigración a Brasil por esa ruta amazónica tuvo su auge en diciembre de 2010 y en unos meses ingresaron más de 4.300 haitianos. Entonces, el gobierno llegó a un acuerdo con Haití para limitar el número de entradas a 100 por mes y legalizarlas. La situación estuvo bajo control hasta hace un mes.

"Más de mil inmigrantes ingresaron en el último mes, y ahora no son solo haitianos, tenemos senegaleses, nigerianos, dominicanos, de Bangladesh, se ha convertido en una ruta internacional, controlada por coyotes", dijo el secretario.

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Como consecuencia, hay 1.300 inmigrantes retenidos en un refugio con capacidad para 200 personas en la pequeña ciudad de Brasiléia. "Tenemos problemas de agua, espacio, enfermedades, nos preocupa mucho una posibilidad de epidemia en esas condiciones", explicó.

Las autoridades del estado decretaron "emergencia social" para reclamar una respuesta del gobierno.

El gobernador de Acre, Tiano Viana, pidió la cooperación de los países vecinos, puertas de entrada de la ruta, exigiendo visado a los inmigrantes.

Brasil, una economía emergente que sacó a millones de la pobreza en la última década y que dirige el contingente militar de la fuerza de la ONU en Haití, se convirtió en un Eldorado para los haitianos tras el terremoto que devastó ese país.

"Nos ha sorprendido ahora la llegada de africanos. Yo hablé con los senegaleses, teníamos 53 anteayer y hoy ya son 70. Van a España, y de allí a Ecuador, y de Ecuador los coyotes los traen con los haitianos", explicó el secretario.