“Jaiba, pescado barato le ofrezco”, es la oferta de Domingo Melgar, un cangrejero de 49 años que se halla sentado en el borde de la estructura del muelle del mercado de Caraguay que da al río Guayas.
Poco antes él había salido de su casa, una de las 130 viviendas del recinto Puerto Roma, en el Golfo de Guayaquil. Pese a que hasta la tarde de esa jornada, la del pasado miércoles 23 de enero, nada había vendido, tenía la esperanza de que en la noche podría comercializar sus productos.
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Ese día y desde el pasado 15 de enero, los cangrejeros suspenden sus actividades debido a la veda de este crustáceo, que concluye el próximo 15 de febrero e incluye su captura, tenencia, procesamiento, transportación y comercialización.
Durante el lapso de la veda se considera el precortejo y la cópula, actividades biológicas que realizan en el exterior de sus madrigueras, ante lo cual son vulnerables a una sobrecaptura, lo cual impediría la normal reproducción de esta especie.
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En ese periodo, los cangrejeros se dedican a la pesca y captura de jaibas. Otras opciones, expresa Melgar, son los trabajos temporales o informales como la venta de helados o colas.
Lorenzo Jordán, residente en Puerto Roma, expresa que ante la posible ausencia de ingresos de recursos durante la veda, él y otros cangrejeros toman previsiones desde un mes antes, como comprar alimentos que pueden ser almacenados, como azúcar, arroz, aceite y otros.
“Tengo cinco hijos, con ellos salgo a pescar día y noche durante dos días y lo que traemos son jaibas, corvinas, colorados y y bajeritos (peces), que por lo general los vendemos en setenta dólares para todos, casi no se gana nada, pero eso nos ayuda a comprar carne, cola o cualquier cosita para el día”, dice.
Otra forma de enfrentar la posible falta de ingresos durante la veda es mediante el uso de un fondo común que resulta del ahorro anual en conjunto entre un grupo de cangrejeros, mediante asociaciones.
Jordán y Melgar son escépticos ante este tipo de caja conjunta para enfrentar las dos vedas de cangrejos que se dan al año, la actual y otra que se inicia en agosto 15 y termina el 15 de septiembre. Indistintamente ambos relatan casos en los cuales no dio resultado este tipo de caja común entre cangrejeros.
Ante la reducción de sus ingresos, los locales de venta de alimentos en el mercado Caraguay y otros establecimientos les venden alimentos “al fío”.
“Ya nos conocen, a veces nos fían cien o doscientos dólares y apenas termina la veda empezamos a pagarles de diez, veinte o más dólares”, detalla Jordán.
Es comprensible que exista la veda de agosto a septiembre porque el cangrejo está tierno, pero en la de enero a febrero estos apenas salen a aparearse dos o tres días, el resto es innecesario, al menos debería de ser de una semana, no de un mes, agrega el cangrejero.
La veda de cangrejos también afecta a las personas que se dedican a la venta de jaibas, dice Santos Crespín, de 53 años, un comerciante del mercado Caraguay.
“Soy jaibero desde siempre, en la veda del cangrejo vendo menos jaibas porque hay más gente que las vende”, indica Crespín.
Alberto Iván Estrada, que se encarga de cuidar las canoas que llegan al muelle Caraguay, lamenta que durante la veda del cangrejo sus ingresos bajan ante la reducida cantidad de canoas que llegan a este lugar.
Carlos Candelario, quien vende hielo en el muelle Caraguay, considera que durante la veda, se debería estimular otra actividad para que el sector no se vea afectado.
Rosa Molina, quien reside frente a un muelle ubicado en el Guasmo norte y es esposa del cangrejero Luis Merino, expresa que ante la prohibición de vender cangrejos su pareja se dedica a la captura de jaibas y a la pesca.
Narra que en esta veda él se ve obligado a vender al peso, por libras, los crustáceos que obtiene, porque el precio de estas se reduce.
“Las que cuestan $ 2,50 las vendemos en $ 1, $ 0,80, $ 0,50 o menos o sino por libras. El ingreso familiar se reduce la cuarta parte”, expresa Merino.
Pedro Suárez, presidente de la Asociación de Cangrejeros y Pescadores Artesanales Jesucristo al Rescate, ubicada en el Guasmo norte, manifiesta que pese a que la veda tiene el objetivo de preservar estos crustáceos, la paralización de sus actividades durante un mes afecta la economía familiar de los cangrejeros porque los recursos económicos de estos son limitados.
Textuales: Sobre la veda
Domingo Melgar
Vendedor de cangrejos
“Unos amigos que ofrecían cangrejos en la calle Eloy Alfaro en la veda venden helados en hieleras”.
Luis Terán
Administra mercado Caraguay
“En veda se anula la transportación del cangrejo. Antes salía un camión grande a otras provincias, los fines de semana salían tres”.