Llegó a Perú para navegar desde allí hacia Australia y probar la resistencia del ser humano. Esa fue la primera intención, recuerda Vital Alsar, expedicionario español que ayer presentó el tomo II de la obra Historia Marítima del Ecuador, titulado Periodo Prehispánico, de la autoría de la historiadora ecuatoriana Jenny Estrada.
Sin embargo, agrega, vino al Ecuador en busca de la madera para construir la balsa en la que zarparía, y en el trayecto se percató de que en El Callao, Perú, no había puertos.
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“Con esa idea vine aquí, viendo todo el litoral que era arena, no había un árbol y yo venía a buscar las boyas (balsas) a Ecuador”, rememora.
Fue allí que pensó en que el sitio idóneo para zarpar no era El Callao, sino Guayaquil, y al llegar a la ciudad y encontrarse con personas que hicieron la misma reflexión se convenció.
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“Es cuando me inyectan el espíritu de la navegación precolombina en balsas pero ecuatorianas”, comenta.
Ya en 1966, a bordo de la balsa La Pacífica, intenta junto a tres tripulantes más cruzar el océano Pacífico de Ecuador a Australia, pero la embarcación naufragó después de 143 días de navegación y los expedicionarios fueron rescatados cerca de las islas Galápagos.
Alsar, quien llegó a Guayaquil el pasado lunes y partirá mañana, recuerda que el fracaso se dio porque la madera fue cortada en una época en la que no le correspondía, por ello no aguantó mucho tiempo.
En 1970 construye una nueva embarcación, La Balsa, en la que en 161 días consigue llegar desde Guayaquil hasta Mooloolaba, Australia. Durante los últimos 25 días Vital sobrevivió tomando agua de mar.
Para Vital Alsar, de 80 años, este hecho, del que en principio dudaron algunas personas, comprobó que la balsa dirigida técnicamente con el sistema de guaras de la cultura manteño-huancavilca de la Costa ecuatoriana, se manejaba con más exactitud que un barco.
“Abrimos el canal (...) para demostrar que la balsa era capaz de navegar por el Pacífico, tres veces más grande que el Atlántico”, refiere Alsar, quien la tarde de ayer tenía previsto recibir la distinción de Huésped de Honor por el Municipio.
La hazaña del 70 fue replicada tres años después en tres balsas. En 1977 reeditó con éxito la ruta del descubridor del Amazonas, Francisco de Orellana.
El expedicionario dicta hoy una charla en la Base Naval Norte, a las 10:00.