Con la visión del médico guayaquileño Leopoldo Izquieta Pérez, el 25 de septiembre de 1941 se crea el Instituto Nacional de Higiene como centro de investigación al servicio de la salud pública del país y no solo como un laboratorio de análisis y de control de medicinas. Setenta años después, tanto la entidad pública como el nombre de su fundador desaparecen mediante decreto ejecutivo.

El presidente Rafael Correa, el 30 de agosto pasado, estableció la división del centro en dos organismos: el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) y la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa).

No obstante, la disposición es cuestionada por Francisco Andino, exministro de Salud y miembro del foro permanente de la salud, quien dice: “No por alejar a las entidades, ponerlas en islas del conocimiento o en ciudades intelectuales –como lo quiere hacer el régimen– van a ser mejores. Lo único que van a lograr es alejarla de lo que verdaderamente importa: una institución que tenga servicios para el pueblo...”.

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Andino sostiene que el Instituto ha dado orgullo al Ministerio de Salud Pública (MSP) al generar la sostenibilidad de los procesos, a pesar de haber contado con pocos recursos, tecnología, espacio y respaldo político y administrativo.

Uno de los mayores logros del INH –recuerda– es la producción de biológicos e inmunizantes (seis tipos de vacunas, sueros y reactivos), que se empezaron a elaborar el mismo año en que se creó la entidad.

Treinta y siete años después, el INH elaboró el suero hiperinmune y antirrábico; el 2 de enero del 2008 recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Sociedad Internacional de Bioética de España por la investigación Alimentos antioxidantes fundamentos de una política sanitaria; y el 16 de noviembre de ese año se produjo la vacuna pentavalente para los niños de 2, 4 y 6 meses.

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Desde el 2008 hasta la actualidad se mantienen en el INH cuatro proyectos de investigación con la Senescyt, donde se han implementado (en el 2010) nuevos procedimientos, basados en la biología molecular.

Esta área científica es la que se habría estancado, según uno de los exdirectores del INH, quien prefiere no revelar su nombre. “Desde hace años ya se veía la necesidad de que en el país haya un giro en las capacidades y facultades del INH, que como en otros países se debe dedicar más al tema de la investigación, que en este caso fue cayendo en la rutina y en el examen clínico”.

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El proceso de cambio se inició –según el exdirector– desde el 2010, a raíz de que se eliminara la atención a pacientes con pruebas como VIH, papanicolaou, cultivos, entre otros. Solo se reciben muestras médicas para exámenes específicos.

Uno de los problemas que se han mantenido hasta la actualidad en el INH, indican ambos exfuncionarios, es la demora en la emisión y renovación de los registros sanitarios, así como también el posregistro de los productos.

Para estas falencias, dice el exministro de Salud, no es necesaria la división del ente sino “el fortalecimiento e, inclusive, consensuar y acercarse a las experiencias técnicas de algunos elementos que aún quedan en el MSP –a pesar del desmembramiento que ha tenido (el INH)– para replantear y mejorar los sistemas”.

Según el Decreto 1290, el Inspi se encargará de la ejecución de la investigación, ciencia, tecnología e innovación en el área de salud humana y será el laboratorio de referencia nacional de la red de salud pública; mientras que la Arcsa se encargará de la regulación y control de los productos de consumo humano, medicamentos, dispositivos médicos, entre otros.

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Este proceso deberá darse en un plazo de 240 días. Hasta eso, el Inspi se encargará de la emisión de registros y certificaciones sanitarias, así como los permisos de funcionamiento, y la Arcsa será una organización con personería jurídica.

En tanto, la división de las funciones del INH mantiene en incertidumbre a sus trabajadores, a quienes aún no se les ha informado sobre este proceso.

“Trabajamos en zozobra, pensando que en cualquier momento nos pueden botar. Ya van cerca de 30 funcionarios que han sido retirados y que en su puesto han ubicado a gente con sueldos de $ 1.600... Desde el 31 de agosto no hay coordinadores, no hay quién realice los pedidos de los reactivos (no hay para hacer CD3 y CD4) que se necesitan”, indica uno de los médicos, que tiene más de 20 años en su cargo.

“Lo único que se ha determinado en este momento es la absoluta dependencia del servicio central del ministerio. ¿Por qué existe en la planta central 1.600 funcionarios?, que no hace mayormente nada y ¿por qué se bota a la gente que tiene experiencia?... Han hecho del INH un botín político”, sostiene el exministro de Salud.