Unos 500 feligreses participaron la noche del pasado lunes en la fiesta solemne y procesión de la imagen de la Virgen del Carmen, en las calles aledañas al monasterio ubicado en la ciudadela Los Ceibos.
César Morán acudió con su esposa y nietos. “Somos fieles a ella como todos los años, estamos acostumbrados a venir siempre a esta iglesia”, dijo.
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En cambio, Gina Salazar portaba una vela en agradecimiento porque hace cuatro años le fue devuelto su trabajo.
En esta ocasión, el ruego de Salazar era por la salud de una sobrina que está enferma.
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Mientras que Mónica de Cordovez, quien era acompañada por su familia, aseguró que portaba el escapulario de la Virgen del Carmen porque “es como un escudo de protección”.
La misa la ofició el arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui.
Antes hubo una novena, que se inició el pasado 7 de julio. Al ingresar al templo se les entregaba a todos los asistentes un escapulario.
Olga de Aragundi, ayudante de la sacristía, comentó que hay la creencia de que las personas que llevan el escapulario serían libradas de las penas de la muerte cuando fallecen.
La banda de la Armada acompañó el ceremonial.
Se instalaron sillas en el estacionamiento además de una pantalla gigante para que quienes no podían ingresar siguieran la misa.
El monasterio del Carmen realizará un credo de acción de gracias los días 21, 22, 23 y 24 de agosto por celebrarse sus 50 años de fundación.