Falta una hora para que termine el día más esperado de la semana: el viernes. Algunos autos de lujo se dejan envidiar en la avenida principal de Samborondón y de a poco, los espacios de estacionamiento de las plazas comerciales al aire libre se ven copados en medio de la música a todo volumen que sale de alguna discoteca, o de algún auto cuyo sistema de sonido fue tuneado con parlantes que bien pueden poner a bailar a una manzana completa.