Acróbata y con tiempo para todo y la familia
A Sandra Álvarez la enamoraron hace dos años los deportes acrobáticos que tan de moda están entre las mujeres de hoy: el pole fitness, las acrobacias en telas y en aros, puesto que descubrió en ellos “la manera perfecta de mantenerme bien físicamente y cuidar mi salud de una manera divertida. Muchas personas piensan que solo es baile, pero es mucho más, es acrobacia, fuerza, equilibrio y flexibilidad”.

Sandra está casada con Jorge Zanabria, con quien tiene una hija de 4 años, Ariana. Ella confiesa que a padre e hija les gusta que practique estos deportes que aprendió en Acro Pole (c.c. Las Terrazas).

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“A mi esposo le encanta, mi hija muere por el pole. Tengo los aros y el tubo en mi casa y a ella le encantan, hasta me ha acompañado a las clases en Acro Pole”, comenta y puntualiza que con esa aceptación le basta. “No me preocupan las críticas porque es un deporte fabuloso. La gente critica todo, lo malo, lo bueno, yo no me estreso”, dice con una sonrisa.

Ella cuenta, además, que siempre ha practicado deportes. Antes de asistir a Acro Pole, iba al gimnasio y era adicta al yoga. Ahora su adicción, dice, es practicar pole fitness.

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La agenda de lunes a viernes de esta mamá de 32 años suele estar llena, pero siempre bien organizada. “Estoy segura que para todo hay tiempo, todo se puede si uno es organizada”, asevera.

Sus disciplinas acrobáticas las practica una hora diaria durante las mañanas. De lunes a viernes recoge a Ariana en su escuela y le dedica el mayor tiempo posible, además se da tiempo para ayudar en el área de Marketing y Comunicación a su esposo, que es dueño de la clínica veterinaria Doctor Pet, así como para dictar asesorías de imagen personalizada en su tienda de ropa FDS (City Mall), desde las 17:00. En las noches, para relajarse, le gusta salir a caminar con su esposo.

Eso sí, recalca Sandra, los fines de semana los dedica a su familia, en especial a Ariana. “Salimos a ver películas, a comer golosina, me acompaña a la peluquería y también le encanta estar con sus primas, con sus abuelitos, es una niña muy activa”, cuenta.

Compartiendo las artes marciales con los hijos
Desde soltera estuvo vinculada a las artes marciales. Ahora a sus 34 años es mamá y esposa, y no dudó en retomar este deporte hace cuatro meses.

“Cuando yo era más joven, porque sigo siendo joven, practicaba karate, judo. Después ya me casé, tuve a los niños y paré un poquito”, cuenta Elena Flores de Navia.

Tiene cuatro hijos: Andrés, de 15 años; Ricardo, de 14; Diego, de 11, y Valeria de 5, con quienes también comparte a diario las clases de jiu-jitsu en la academia Predador, ubicada en el Club Diana Quintana, km 2,5. Incluso, fueron ellos quienes la incentivaron en esta disciplina deportiva. Los acompañaba a clases y torneos, “me aguantaba un poquito porque decía: ¡ah! la viejita, pero dentro de mí quería y me lancé”, confiesa.

Dividir su tiempo entre la casa y la academia no es difícil para ella, pues asegura que es como su segunda casa. Su día comienza a las 05:00, cuando levanta a sus hijos para ir al colegio y prepara el desayuno; en el día hace oficios de ama de casa y a partir de las 17:00, “para mí son sagradas mis clases de MMA, de jiu-jitsu, y cuando puedo en la mañana, mis clases de judo”.

Elenita, como la llaman todos de cariño, lleva 16 años de casada con Alfonso Navia, su compañero de vida, esposo, padre de sus hijos y el amigo que la apoya en estas clases. “Él como me conoció practicando karate y judo lo ve bien y está feliz. Compartimos mucho aquí (en la academia) con mis hijos”.

Su profesor es Roberto Retto (foto). Con él pelea sin miedo y concentrada. Viste su kimono rosado y se alista para luchar. “Yo les digo: péguenme, denme duro nomás porque tengo que aprender”, comenta entre risas. También ha compartido el ring con sus hijos, y aquí, “mami pega”, bromea ella.

Sus tres hijos varones han participado en torneos nacionales e internacionales en Brasil y Los Ángeles, EE.UU. Elenita no descarta la posibilidad de prepararse mejor y concursar en uno.

Elena es igual en casa como en la academia. Comenta que siempre ha mantenido un respeto con sus hijos. “Nunca dejo de lado la amistad, como soy aquí, soy en la casa”.

Atleta y una buena amiga de sus dos hijos
¿Cómo es tu mami? “Ella no es tan brava, a veces sí. Es cariñosa, un poco de todo”, dice Alejandra Mansur, de 11 años, sobre su mamá, María Leticia Roca, mientras que su hermano Sebastián, de 13 años, con una sonrisa y viendo a su mamá a los ojos dice: “Es comprensiva”.

Así, mientras transcurre la entrevista con esta mamá miembro del equipo de atletas T3, es evidente que hay una relación de amistad muy cercana entre los tres. Los chicos la abrazan, completan algunas frases que ella comienza y le hacen bromas.

“Soy superexigente en la parte académica, soy de las que les hago bromas, les doy gusto en las cosas. Tenemos una muy buena relación”, comenta María Leticia.

Bicicleta, natación, crossfit y atletismo son algunas de las disciplinas que ella practica, porque es fanática del deporte, pero de estos, su ‘especialidad’ es el atletismo. “Hace muchos años yo entrenaba con Pedro Nuques y su esposa Paola, desde antes que el grupo se llamara T3”, recuerda y agrega: “He participado en algunas carreras, los 10 k Kennedy (su hija interrumpe y dice que quedó en segundo lugar), 10 k Expreso, 10 k Samborondón, hice un triatlón en Salinas”.

Su mejor marca en 10 kilómetros es 49 minutos. Este año participará en la carrera 10 k FAE, en Salinas, y en la media maratón de Guayaquil.

María Leticia confiesa que durante un tiempo dejó de practicar deportes por el tiempo, “tenía un trabajo full time, tenía que entrar temprano y estaba complicada. En la noche venía volando para los deberes, pero la verdad es que siempre hay que darse tiempo para el deporte”, comenta. Ahora trabaja en una consultora y tiene más tiempo para estar pendiente de sus hijos.

“Me levanto para ir a entrenar a las 05:10 cuando es en la Espol porque a las 05:50 comienza; en el trabajo a veces hay reuniones y más cosas que hacer, vengo a almorzar con ellos y me siento a hacer los deberes en la noche Alejandra me acompaña a Crossfit Culture. Sebastián también hacía pero ya lo va a retomar”, agrega. El mejor regalo para ella el Día de las Madres, dice, es “que me obedezcan, que sean buenos chicos, eso me hace feliz”.

Hacer crossfit no le quita tiempo con su hija
Es joven y activa. Pues, entrenar crossfit y ser mamá son actividades que mantienen entretenida a María José Manrique, de 24 años.

Ver los resultados de este deporte en el cuerpo de su hermano Juan Fernando la motivó a retomar los ejercicios desde hace un mes.

“Yo he visto muchos resultados. Mi hermano tiene dos años haciendo crossfit y los resultados son increíbles y me comenzó a gustar”, dice ella, quien antes de quedar embarazada asistía al gimnasio y hacía spinning. Después, durante los meses de gestación, dejó de lado los ejercicios.

De este entrenamiento, resalta la ventaja de hacerlo en poco tiempo. Por lo tanto, le queda el resto del día para su pequeña hija Paula, de un año de edad.

Asiste de lunes a sábado al Crossfit Samborondón, ubicado en Las Terrazas (km 1,5), y cada clase no le toma más de 45 minutos. Aquí la acompañan su mamá y su hija.

“Paula me acompaña. Mi mamá la tiene un momento mientras yo entreno, y luego yo la tengo y ella (su mamá) entrena”, explica María José, quien mientras carga unas pesas, su hija trata de imitarla.

Ella asegura que “estoy dedicada a mi hija, pero eso no quiere decir que no me puedo dedicar a mí y a mi cuerpo. Hacer ejercicios es salud mental y física”.

A su corta edad, dice disfrutar mucho de esta faceta de mamá. “Es increíble, a mí me encanta. Mi vida es ella y ver sus cambios diarios, todo lo que es ella y darme cuenta que es gracias a mi esfuerzo y dedicación los avances que tiene, como meter cubos”, opina.

Cuenta que durante su embarazo subió cerca de 40 libras, pero estar en constante actividad, tanto por su hija y ejercicios, la ha ayudado a bajar de peso.

“Aunque no lo creas, son tres semanas de crossfit que sí han ayudado hartísimo. Los cambios en el cuerpo son bastantes notorios”, afirma.

En junio retomará sus estudios, pues le falta solo un año de universidad. Mientras tanto, Paula irá al prematernal. Aspira a continuar con este deporte y llegar a tonificar su cuerpo ganando resistencia.