“El líder no es el que trabaja por 30 sino el que pone a trabajar a 30”, expresa el sacerdote Carlos García Llerena, mejor conocido como el Padre Charly, al explicar su labor en la parroquia San Judas Tadeo de Miraflores. Él ha logrado la unidad parroquial y en los cuatro años que lleva como párroco ha emprendido proyectos para la iglesia.

Nació en Perú hace 52 años y a los 25, luego de obtener su título como economista, ingresó a la Casa de Formación de los Padres Eudistas, en Colombia, para discernir su vocación, que él describe como tardía, ya que fue en su etapa universitaria que se la cuestionó. Su hermano gemelo lo invitó a un retiro pero no le prestó mucha atención. “Después terminé viviendo la experiencia de ese retiro porque vi el cambio en mi hermano”, explica.

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“Siempre había tenido una religión que veía como algo en que tenía que cumplir. La religión en el mundo es cultural, pero todas las personas tienen una experiencia mística y de conversión; es dejar de cumplir solo por obligación y tener una experiencia cercana con Cristo”, reflexiona el padre Charly.

Luego de ordenarse como sacerdote, en 1992, su primera misión fue formar a los novicios de su comunidad. En 1996 lo trasladaron a Perú donde trabajó en el Seminario Mayor de la Diócesis de Tacna. Y en el 2002 trabajó en varias parroquias de Barranquilla, Colombia.

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Su interés por conocer más lo llevó a realizar una maestría sobre el matrimonio y la familia en Roma. Desde allá lo trasladaron a Quito donde fue párroco en la iglesia San Juan Eudes hasta diciembre del 2009. “Ya había manifestado mi interés en venir a Guayaquil y el padre provincial de los Eudistas me llamó para pedirme que por una emergencia de salud del sacerdote que habían designado era necesario que lo reemplazara”, recuerda.

Así llegó a la parroquia San Judas Tadeo a fines del 2009. Recuerda que la parroquia “estaba un poco desestabilizada frente a tantos cambios de párrocos transitorios. Hubo cinco en dos años”.

Cuando llegó, su carisma y energía al momento de dar la misa atrajo la atención de los feligreses que asistían a la parroquia, especialmente de los jóvenes. Una parroquiana cuenta que madres de familia decían que sus hijos solo querían ir a la misa del padre Charly.

Pero este párroco no es la única estrella de la parroquia, Wisky, su perro de raza pastor alemán, mejor conocido como Wicho, tiene incluso su propia página de Facebook. Es su mascota desde hace seis años y son los fieles de la parroquia quienes manejan el perfil del can. A través de la red social, evangeliza y da a conocer a sus amigos diferentes etapas de su vida y anécdotas con el sacerdote, a quien describe como su padre. Wicho acompaña al padre Charly en sus prédicas y en cada misa mientras da la homilía.

“Al llegar me di cuenta de que faltaba organización, y era una parroquia bastante mayor, no había jóvenes ni grupo juvenil”, comenta. Vio además que hacían falta espacios para catequesis, talleres o grupos de oración.

Fue ahí cuando se dio cuenta de que una casa al lado de la parroquia estaba en venta desde hacía tres años y vio en ella una oportunidad para expandir la iglesia. Sin embargo, cuando fue a preguntar, una fundación ya había comprado la casa. “Ellos nos dijeron que no la iban a modificar y que con mucho gusto nos la permutaban”, explica. “Lo que querían era que consiguiéramos comprarles una casa en similares condiciones”.

Así empezó en febrero del 2010 con la campaña de compra de la casa para lo que tuvieron que recaudar 60 mil dólares. Con la colaboración de los fieles lograron recaudar lo necesario y en octubre del mismo año tenían la casa.

Varios parroquianos diseñaron un proyecto para adecuar la casa a las necesidades de la parroquia. El alcalde Jaime Nebot vio la obra que el padre hacía y su aporte a la comunidad, entonces decidió financiar el proyecto que esperan que empiece a realizarse en junio de este año.

La energía del padre Charly no es conocida únicamente en Ecuador, sino que da charlas en países como Colombia y Estados Unidos. Él dice que cada sacerdote tiene su originalidad y que a él Dios le dio el don de la palabra. “Un líder no es el que trabaja por 30, es el que pone a trabajar a 30”, manifiesta.

Dicen de él
“Desde que llegó ha sido un padre muy emprendedor y dinámico en su trabajo, es muy carismático.
Mildred Gómez
Moradora de Miraflores que asiste a la parroquia.