Su perfecta postura, además de su vestimenta fashion enmarcan la presencia de esta señora de la moda en Ecuador.

Cecilia Niemes Sánchez tiene 44 años. “Me falta poco para cumplir 45”, dice su edad sin ningún titubeo, ya que a través de ellos ha conseguido ser uno de los íconos de la moda de este país, por su carrera como modelo y como directora de su propia academia, que tiene varias sucursales, entre ellas la que se encuentra en la onceava etapa de la Alborada desde hace 24 años.

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Nació en Guayaquil, pero a los pocos meses se mudó a Machala, debido a los negocios de su padre. “Viví ahí hasta los diez años, luego volvimos, y continué mis estudios en el Santo Domingo de Guzmán y me gradué en el Liceo Panamericano”, comenta.

Recuerda que su madre siempre estaba pendiente de la ropa que ella y sus dos hermanas menores se ponían, y que incluso a ella y a su hermana Rocío las vestía iguales. “Mi mamá es una mujer muy bella y siempre pendiente de la moda, y eso fue desarrollando en mí un sentido, un gusto por lo bello y estético”.

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Afirma que desde pequeña tuvo un carácter alegre y extrovertido, en fin, el alma de la fiesta. “Si alguien decía quién quiere romper la piñata, yo era la primera en saltar. Además me gustaba comer mucho, era bien glotoncita”, dice riendo.

Ya en su adolescencia le cogió mucho gusto a las revistas de moda, como Harpers Bazaar, Vogue y Elle, en parte gracias a que su mamá las compraba. “Luego, cuando tenía 16 años, llegó el boom de supermodelos como Cindy Crawford, Linda Evangelista, Elle Macpherson, Naomy Campbell, mujeres que ahora tienen alrededor de 45 años, y que para mí iniciaron la industria del modelaje”.

Cecilia se preparó en el modelaje en el extranjero, y comenzó a incursionar en desfiles y comerciales.

De ese tiempo, recuerda cómo en las pasarelas las modelos debían posar cada cierta distancia, a diferencia de cómo se hacían en otros países donde la caminata era mucho más fluida, casi igual a como lo es ahora.

También incursionó en concursos de belleza, representando al país como Miss Ecuador en certámenes como Miss Maja Internacional en 1990, en el que fue finalista y Miss Simpatía. Adicionalmente fue designada Miss América Internacional en 1992, en Honduras.

A pesar de que tenía una vida muy ajetreada por su trabajo, estudió leyes en la Universidad Católica hasta tercer año, cuando la dejó por motivos de tiempo.

Fue reina de belleza, modelo de pasarela, de fotografía, de comerciales, de todo. “Grabar un comercial antes era todo un trajín, por ejemplo tu llegabas a las nueve de la mañana para grabar tres horas, y te quedabas hasta las tres de la mañana, y al siguiente día a seguir grabando. Antes no había todos los efectos digitales, lo que se grababa, eso salía”, recuerda.

Su escuela
La agencia de modelos CN comenzó cuando Cecilia tenía 18 años, en la sala de su casa en Urdesa central. Luego se trasladó a un local en la Víctor Emilio Estrada, y después de tres años se fue a la Alborada. “Al principio tenía diez chicas a las que les daba modelaje, pero poco a poco comenzó a llegar más gente, y así fui contratando también profesoras de gimnasia, de etiqueta, armé un pénsum”.

Añade que en ese tiempo no cualquier chica se metía a modelar porque era algo que producía mucha suspicacia, e incluso para que salgan en traje de baño tenían que hacer reunión de familia.

“Sí te puedo decir que yo me siento orgullosa de haber aportado para que se cambie esa mentalidad, y hacer que vean al modelaje como cualquier otra profesión, como ya se lo hacía en otros países”.

Actualmente tiene varias sucursales en 8 provincias, y gradúa a alrededor de 500 modelos al año.

En la Alborada
Su academia aún se encuentra en el mismo lugar, el Albocentro 5B, en la avenida Rodolfo Baquerizo.

“La Alborada me pareció gente joven, pujante. Estaba en crecimiento y ya funcionaban Plaza Mayor y Sol Banco, y me pareció bueno ofrecer a las personas que querían superarse, otra opción para tener un dinerito extra. Además tenía mucha gente que iba a la academia en Urdesa desde la Alborada”.

Dicen de ella
“Es incansable, trabajadora y muy profesional en lo laboral. En lo personal es una persona amable, comprensiva y amigable”.

Cristian Costa
Colaborador y novio