Renovar la cédula de identidad supuso un tormento para Katihuska Tamayo Bravo, de 24 años. En seis ocasiones, entre el 7 de octubre y 28 de noviembre pasados, acudió a dos oficinas del Registro Civil del Gobierno en Guayaquil: la sede provincial de 9 de Octubre y Pichincha (centro de la ciudad) y la sucursal que funciona en la cdla. Los Esteros (sur).

Ansiaba que la entidad corrija la lectura de huellas dactilares de su mano derecha, que era diferente al registro que le hicieron cuando sacó el documento por primera vez, a los 18 años.

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El escáner leyó V-4222; y no V-4333, que estaba escrito a mano en la tarjeta dactilar en la cual Katihuska, seis años atrás, había plasmado sus dedos huntados con tinta (la letra identifica al pulgar; los números del 1 al 4, al resto de dedos, según la lectura dactiloscópica).

El miércoles 23 de noviembre su rostro denota angustia. El operador del Registro en el sur de la ciudad le comunica que debían investigar su caso, tomarle una nueva huella y procesar esa información, antes de emitirle la cédula, que necesita para tramitar el bono estatal por gastos exequiales de su papá recientemente fallecido.

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La jefa de la sucursal, Patricia Rojas, la cita para la tarde del viernes 25, pero ese día tampoco recibe el documento porque no llega el carro que traía el papel oficial con el cambio de dato. El 28 obtiene la cédula.

A Katihuska, quien vive a un costado de la vía Perimetral, en el sector de la isla Trinitaria, una dactilocopista –usando una lupa– le lee los dedos y denota el error que Edwin Loayza, subdirector nacional del Registro Civil y director (e) de la entidad en Guayas, describe: Las huellas no fueron leídas correctamente porque las huellas de los dedos quedaron prácticamente borradas por exceso de tinta.

Esa es una de las cinco instancias más comunes (ver gráfico) que afectan al 30% de usuarios que acuden al Registro Civil, según Loayza; y que lo llevan a hurgar dentro de la institución en busca de documentos de soporte, emitidos años atrás, para exigir rectificaciones de nombres o apellidos, fecha de nacimiento, incluso de género.

El 22 de noviembre, Betsy, una universitaria nacida en Bahía de Caráquez (Manabí), está en la sucursal del Registro para corregir un error que le ha costado ratos embarazosos. Su cédula emitida cuando tenía 14 años indica que su sexo es masculino. Eso significó que en las tres veces que ha sufragado lo haga en la fila de hombres, aguantándose “la vergüenza”.

“Muchas veces la filiación no fue correctamente inscrita por descuido tanto del usuario como del funcionario (del Registro) (...) Había mucha impericia en el manejo de la gramática, la ortografía, y se cometía errores involuntarios, hasta creo que voluntariamente”, cita Loayza.

Agrega: “De la experiencia que tenemos, hablamos que el 30% de ciudadanos a nivel nacional tiene algún problema de filiación”. Y remarca que la depuración de datos está supeditada al reclamo de los ciudadanos. “La digitalización nos permitirá tener acceso al documento del ciudadano, pero la depuración se da con el usuario en vivo”, enfatiza Loayza.

Desde inicios de año, el Registro Civil ejecuta un proceso de digitalización de documentos de nacimiento, ciudadanía, matrimonio y defunción. Esto, a decir de autoridades del organismo, permitirá acceder a los papeles digitalizados a través del número de cédula y así evitar su búsqueda en las oficinas de las distintas localidades. A su vez, agilizará los servicios.

La empresa Controles, contratada por el Estado a un costo de $ 12,5 millones, digitalizará 94’412.860 documentos de identificación, precisa el Departamento de Comunicación del Registro Civil.

De esa cifra, unos 25 millones de documentos corresponden a la provincia del Guayas.

¿Qué plazo tiene Controles para digitalizar los documentos? Los funcionarios del Registro barajan fechas distintas.

Paola Pazmiño, directora de Comunicación de la entidad, indica que el contrato de la empresa estipula 18 meses de plazo para la digitalización. Y señala que el avance actual es del 40% y que al fin de este mes – cuando Controles cumpla un año de labores– se llegará al 50%.

En ese sentido, esa firma, que trabaja en Guayaquil y Quito con un contingente superior a 500 empleados, dispondrá de seis meses para digitalizar unos 50 millones de documentos.

Pero Pazmiño desestima algún posible incumplimiento de plazo. “Al inicio implicaba la logística que traer los documentos desde las provincias. Tampoco es lo mismo escanear un libro que una tarjeta índice. Ahora van más rápido”, cita, al tanto que asegura que el proceso marcha sin novedades.

Jorge Montaño, director nacional del R. Civil, dijo en agosto pasado, durante una entrevista en Ecuador TV, cuyo video consta (a la fecha de cierre de esta edición) en el portal www.registrocivil.gob.ec, que el proceso de digitalización culminará a fines del 2012. Entonces, él llevaba un mes en el cargo (relevó a Paulo Rodríguez, a quien el Ejecutivo designó como su delegado ante el Consejo de la Judicatura de Transición). El funcionario permanece en Galápagos desde inicios de semana supervisando el registro de identificación de los habitantes del archipiélago.

En febrero pasado, el entonces director del Registro Civil en Guayas, Guillermo Tafur, indicó a este Diario que Controles debía escanear todos los documentos del país hasta el 31 de diciembre de este año.

En la digitalización de libros se utilizan escáneres manuales. Dos cámaras toman fotografías a cada página y esas imágenes se almacenan en una base informática. Las tarjetas índice y dactilares son capturadas por escáneres de alta velocidad.

Esa información se vincula al nombre o número de cédula del ciudadano para facilitar la búsqueda de sus datos personales.

Por orden del Registro, funcionarios de Controles no dan declaraciones a la prensa sobre la digitalización.