Para reducir el riesgo de adquirir la infección del VIH se desarrolló un estudio en Brasil, Perú, Sudáfrica, Tailanda, Estados Unidos y Ecuador, a través del cual se dio tratamiento con antirretrovirales a personas que no poseían el virus.

En el país se tomó una muestra de 300 hombres que tienen sexo con hombres (HSH), a los cuales se les entregó Truvada (emtricitabina y tenofovir) para que la tomen a diario. Además, se suministraron –durante los 18 meses que duró el estudio– preservativos y consejería sobre el manejo de infecciones de transmisión sexual (ITS).

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El coordinador de programas de la Fundación Equidad, que atiende a la comunidad GLBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales) y que estuvo a cargo del ensayo, Luis Fernando Galarza, indica que los resultados revelaron un 42% de protección adicional contra la infección del VIH en HSH.

Se determinó que los índices de protección fueron mayores entre las personas que tomaron la pastilla de manera consistente, ya que los exámenes demostraron que tenían más droga en la sangre.

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Para el exministro de Salud y actual miembro del Foro Permanente de la Salud, Francisco Andino, este tipo de tratamientos –además de acentuar las diferenciaciones sociales por su costo– crean la posibilidad de desarrollar trastornos colaterales como lipodistrofia y elevados niveles de colesterol, lípidos, triglicéridos, entre otros.

Asimismo, señala en el caso de que la quimioprofilaxis fuera mal ejecutada podría haber una mutación del virus con posibles contagios ya resistentes a las drogas de primer nivel.

“Está confirmado que la estrategia abstinencia, fidelidad, y condón en el mundo entero ha dado resultados y es precisamente en el reconocimiento del riesgo ante la eventualidad de la posibilidad de contagiarse, que es el 97% por relaciones sexuales. Bajo ese principio no podemos hacer más que cambiar los estilos de vida”, dijo.

Según el epidemiólogo, mientras no haya una vacuna contra el VIH, la quimioprofilaxis debe estar dirigida a grupos exclusivamente necesarios, como mujeres u hombres violados, donde no se conoce el antecedente del contacto sexual, o cuando se ha estado expuesto, como en accidentes de tránsito, laborales, entre otros.

“Yo no veo ni por costo-beneficio el mejor de los elementos en la quimioprofilaxis, ni por el futuro propio de una eventualidad a pesar del tratamiento, porque el porcentaje de efectividad tampoco es 100%”, dijo.

No obstante, Galarza menciona que con el estudio las conductas sexuales de riesgo de los participantes disminuyeron y el uso de condones aumentó, mientras que el número de sus parejas sexuales se redujo.

Los resultados se presentaron en el encuentro científico ‘Actualización y consulta nacional sobre profilaxis preexposición al VIH’, que se realizó el 22 y 23 de este mes en Quito. Una de las conclusiones de la conferencia, según Galarza, fue analizar el costo de los antirretrovirales versus su efectividad. Para el ensayo los medicamentos fueron donados por un laboratorio estadounidense.