“Me levanto antes de las 04:30, cojo el bus de la cooperativa Salitreña y luego de una hora de viaje llego a la terminal terrestre. De ahí tomo un bus que me lleva hasta la 38 y Chambers y luego otro que me deja en el colegio, en la 48 y Chambers”.

Es la rutina que vive diariamente Kevin Vera, alumno del plantel fiscal técnico Joaquín Gallegos Lara, donde es el abanderado.

Publicidad

Este hábito lo asumió hace alrededor de cuatro meses, cuando se cambió de casa, junto con su mamá y su hermana mayor, a la ciudadela Málaga, ubicada en el kilómetro 12 de la vía Samborondón-Salitre.

Pero eso no desanima a este joven de 17 años, de hablar pausado pero firme y mirada que refleja optimismo por lo que le espera: la vida universitaria.

Publicidad

“Mi mamá me ha dado fuerzas para seguir adelante. Me ha dicho que el dinero se va y lo único que me queda es el estudio”, recalca Vera.

Cuando era pequeño, en la escuela Luz de Oriente, fue abanderado y cree que eso lo estimuló para esforzarse en el colegio por “destacar”.

Su siguiente reto es ser el mejor bachiller de la institución, aunque en eso tiene competencia en una estudiante de la especialización de informática.

Desde segundo año de bachillerato nos propusimos llegar a ser los mejores y nos ayudábamos cuando no entendíamos una materia, pero en los exámenes cada uno hacía lo suyo, recuerda.

Ahora, esa compañera maneja un promedio de 18,20, frente al 18,34 de Vera.

Pero no siempre un estudiante logra conseguir lo que se propone, advierte este abanderado, quien comparte el aula del tercer año de bachillerato, especialización contabilidad, con 15 alumnas.

“Muchas querían ser abanderadas por destacar, llevar la bandera y sobresalir, pero no lo consiguieron y en ciertos casos eso las deprime y me comentaron que se quieren retirar para trabajar o ser madres de familia”, relata.

Por eso cree que “los profesores deberían motivarlos más porque muchas veces no se recibe la ayuda necesaria en las aulas. (Los maestros) deberían ser más motivadores”.

Además, considera que en otros casos, cuando los alumnos son de escasos recursos o afrontan situaciones económicas extremas, deberían recibir ayuda alimenticia, con desayunos y almuerzos gratuitos en los bares de los planteles.

Y que antes de graduarse, debería ofrecerse “capacitación a los estudiantes con seminarios, talleres o clases de nivelación en contabilidad financiera”.

Mientras, él hace su parte. Con sus compañeras de aula organizó una colecta y una rifa para adquirir baldosas para el curso. Luego se lo pintará. “Eso las motiva a seguir adelante”, destaca Vera. Más en Pág. 2

Textuales: Opiniones de los mejores alumnos
Kevin Vera
COL. JOAQUÍN GALLEGOS LARA
“Que no haya abanderados en la escuela afecta porque desde pequeño uno debe ser motivado”.

Jaime Gutiérrez
COL. ALFONSO AGUILAR RUILOVA
“Ser abanderado es como cosechar todos los esfuerzos que he hecho desde octavo (año) y saber que han valido la pena”.