Desde hace más de 50 años, el plato de pescado frito, verde y arroz de doña Olga Castillo, de Picantería Olguita, ha sido el preferido de muchos guayaquileños por su sabor.

“Este negocio lo comenzó mi mamá en 1960, en el Mercado Sur”, manifestó Rolando Campuzano, hijo de doña Olguita y actual dueño del establecimiento.

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Rolando puso una extensión del restaurante de su madre en la Alborada en 1997 en el c.c. Albocentro 5, y aunque los primeros meses fueron difíciles, ya a los seis meses estaba posicionado en el sector. “La receta es la misma desde que mi madre la hizo, siempre ha estado en el cariño de la gente”, asegura el hijo menor de Olguita.

La especialidad de la casa es el arroz con pescado frito, acompañado con verde picado y salsa, para que guste a cualquier paladar y llene todo estómago, asegura Rolando, a quien su mamá siempre le decía que su restaurante debía ofrecer algo bueno, bonito y barato, por eso él ha seguido la tradición de buen sabor y una buena presentación al alcance de todo bolsillo.

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“Se deben aguantar los precios lo más que se pueda, eso sí, sin bajar la calidad ni la cantidad”, recomienda este experto en el negocio culinario, quien agrega que por eso el plato cuesta $ 2,50 y no ha subido de precio desde hace más de dos años, en gran parte también porque actualmente tiene dos locales más, uno en la cdla. Miraflores y otro en la etapa 9 de la Alborada.

COMO MAMÁ ME ENSEÑÓ

Rolando recuerda con orgullo cómo su mamá, quien falleció en el año 2000, logró sacar adelante a sus hijos gracias a la venta de comida. “Mi madre me apoyó cuando puse mi propio local en la Alborada”, recuerda. Al inicio llegó fiándole a todo el mundo y ahora tiene tres establecimientos en el norte.

La picantería inició vendiendo 60 platos al día y actualmente son cientos y quizás miles, solo que Rolando no revela la cantidad exacta porque recuerda que lo dijo en un reportaje para la televisión y en ese mismo mes le robaron dos veces.

La sazón del restaurante hace que personas vengan de todas partes de la ciudad para comer, como es el caso de Mario Sandoval, quien asiste desde hace diez años. “Me encanta el pescado frito y por eso vengo aquí, porque me gusta la sazón de Olguita”, asegura.

Su hermana también tiene un restaurante Olguita, pero ese está ubicado en Capitán Nájera y Eloy Alfaro, en el sur, con los que suman cuatro establecimientos de Olguita para los guayaquileños, y en cada uno tienen la misma receta que aprendieron desde pequeños. “Yo quise hacer del producto una marca y de la marca una garantía de mucha calidad y de buen sabor”.

Limpieza al cocinar

Rolando afirma que el pescado que venden es diferente dependiendo de la época del año, hay tiempo en que se compra dorado, otra picudo u otros, pero lo que importa es que el producto sale del mar a la olla, porque todos los días se compra para el día pues sabe que a la gente le gusta comer algo fresco.

“Todo se hace el mismo día y frente al cliente”, asegura Rolando, porque las cocinas de sus restaurantes están a la vista de los comensales para que no tengan ninguna duda de la preparación del plato.

Esa fue una de las enseñanzas de su madre, quien siempre le decía que se debía darle al cliente calidad sobre todas las cosas, aunque se ganara un poco menos de dinero.