Hoy se rememoran cien años del fallecimiento de la ilustre maestra guayaquileña Rita Lecumberri Robles, quien desarrolló una infatigable y positiva labor pedagógica que la ubicó entre los grandes preceptores de la patria.

Ella nació el 14 de noviembre de 1831 y falleció en su tierra natal el 23 de diciembre de 1910.

La visionaria y emblemática acción magisterial de Rita Lecumberri se desarrolló en los cantones Guayaquil, Jipijapa y Yaguachi. Fue de las maestras en las que la vocación marchaba a la par con la responsabilidad; asimismo, armonizó la alegría de enseñar con el respeto a sus alumnos.

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El cultivo de las letras fue otro de los campos en los que se destacó esta figura porteña y por ello forma parte del grupo de mujeres poetas que dieron lustre a la literatura regional, donde no puede quedar excluido su nombre ni los de Dolores Sucre Lavayen, Ángela Carbo de Maldonado, Mercedes González de Moscoso, Jacinta Amelia Narváez Panchana, entre otras.

La pedagoga colaboró con artículos y textos de poesía en periódicos y revistas de su época como El Hogar Cristiano, Guayaquil Artístico y Olmedo. En 1883 publicó Ensayos poéticos y de su autoría son difundidos el poema A Guayaquil, Abecedario moral para las señoritas y Soneto a Olmedo. La Municipalidad de Guayaquil premió en varias ocasiones sus logros magisteriales y literarios.

El 1906, cuando se crearon los normales de Quito y de nuestra ciudad, el gobierno de Eloy Alfaro bautizó como Rita Lecumberri al que se abrió en esta ciudad, que sigue vigente aunque el plantel ofrece ahora otra modalidad de enseñanza. Hay textos de estudios y antologías ecuatorianas que incluyen el nombre de la brillante docente y escritora.