Tembloroso aún, con heridas en el cuerpo y sin poder resignarse por los daños, Manuel Nacipucha, de 46 años, limpiaba ayer con sus familiares y tres empleados los destrozos que le dejó el pasado jueves una turba enardecida, que intentó acabar por completo con su minimarket llamado Teresita de Jesús, ubicado en las calles 29 (Assad Bucaram) y la P, en el sur.