Desde junio pasado la concesionaria Interagua debió cobrar solo $ 0,10 por m³ de agua a unas 25.000 familias que consumieran menos de 30 m³ del líquido por mes y que cumplieran con ciertos requisitos, como el tener una casa de caña, lata o madera que no supere los 36 metros cuadrados; no contar con alcantarillado sanitario ni con las vías pavimentadas.

Los beneficiarios directos serían los llamados ‘más más pobres’ de áreas como la isla Trinitaria, Guasmos, Bastión Popular, entre otros, según el anuncio que hizo Interagua en abril pasado, cuando aceptó la tarifa social para firmar el contrato de renegociación por otros 30 años; luego de una auditoría que le hizo el año anterior el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).

Sin embargo, a dos meses de la facturación de la tarifa social, un promedio de 3.500 familias se beneficiaron en junio, según Interagua. Mientras, que cientos de residentes de escasos recursos no han accedido a la tarifa y desconocen la medida.

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Otras, en cambio, se han resignado a pagar los $ 0,27 por m3 porque no quieren seguir viviendo en ‘el cordón de la miseria’ y privados de servicios básicos como el alcantarillado sanitario.

“¿Le parece justo que tenga que vivir por siempre en estas calles rocosas y haciendo mis necesidades en los pozos por siempre también para mantener la tarifa de los $ 0,10. Soy pobre, pero merezco vivir con dignidad”, relató Mariuxi Quinche, de la manzana 1273 del bloque 10D de Bastión Popular, quien paga cerca de $ 6 mensuales por el servicio.

Betty Baque, otra moradora de Bastión, del bloque 10 D, de la manzana 1275, cree que no fue beneficiada con la tarifa de los $ 0,10 porque hace más de seis meses les instalaron el alcantarillado sanitario, que aún no funciona. Su casa, al igual que muchas del sector es de caña y estrecha; no tiene vías pavimentadas y consume menos de 30 m³ al mes.

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Los moradores de esta zona popular del norte de Guayaquil aseguran que jamás vieron a los empleados de Interagua censando a los potenciales beneficiarios en mayo pasado, como anunció la concesionaria.

Tampoco los vieron censando en Pascuales, Flor de Bastión, en la isla Trinitaria, en Esmeraldas Chiquito y Las Malvinas. En un recorrido que este Diario realizó por estas zonas no se encontró a ningún beneficiario con la tarifa social.

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Esto porque a pesar de que cumplían con los requisitos para la tarifa, algunas vías estaban siendo arregladas; en varias se colocó el alcantarillado sanitario, y otras ya fueron pavimentadas con la regeneración urbana. Y quienes estaban privados de estos últimos requisitos -casi a orillas del estero Salado- aún no cuentan con agua potable.

“Aquí cumplimos con todo. Somos extremadamente pobres, pero nos falta el agua potable, tenemos que irla a coger de una pileta. Nos falta la luz, las calles, todo”, contó María Teresa Preciado, de 36 años, quien vive en la cooperativa Nueva Ciudad, de la isla Trinitaria asentado cerca del estero hace más de diez años, anota.

Por eso la tarifa social de Interagua es considerada a más de irreal, una limitante para el desarrollo de las zonas suburbanas y una tomadura del pelo para líderes barriales como Ángel Chelé, de la cooperativa Independencia (isla Trinitaria) y Luis Gómez, presidente de la Confederación de barrios del Ecuador y de Guayaquil.

Ambos aseguran que en recorridos y conversaciones que han tenido con representantes de cooperativas y con los habitantes de los sectores más pobres no conocen a ningún beneficiario con la tarifa.

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“Estos parámetros puestos son injustos, atentan contra las normas y principios de la dignidad humana y del progreso porque así nuestros compañeros que se sacrifican todo por tener una casita más digna, por ahí con algo de cemente y que siguen siendo extremadamente pobres no van a poder acceder”, manifestó Gómez.

Él y Chelé creen que no se hizo un estudio minucioso, ni profundo, pues dice que en algunos sectores de la cooperativa Independencia les cobra en la planilla del agua un rubro fijo por alcantarillado pluvial y este aún no lo tienen.

Textuales: Sobre la medida
Rosa Murillo, de 55 años
Coop. Independencia
“Mi casita de madera se cae a pedazos, soy viuda y muy pobre, no es justo que nos cobren tan caro”.

Ángel Chelé
Dirigente barrial
“No se ha hecho un estudio social que pruebe quiénes son bien pobres y no pueden pagar tanto”.

Jenny Sánchez, 40 años
Coop. Antonio Neumane
“Aquí no ha venido nadie de Interagua a censar. Yo que paso todo el día aquí no hemos visto a nadie”.