Aún temblorosa, asombrada y dando gracias a Dios por tenerla con vida, al igual que a su hija, Janeth Moncayo Villao, de 39 años, reparaba ayer con unas planchas de zinc la pared de caña que, asegura, se cayó al estero durante el tiempo que duró el fuerte sismo que sacudió al país a las 06:54. La vivienda está a orillas del Salado en la cooperativa Esmeraldas Libre, en el sector de Las Malvinas.