Tengo todo el tiempo, energía y dinero para hacer lo que no tengo que hacer.

Prosperidad

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La prosperidad verdadera no se encuentra en el mundo externo, no es determinada por la cantidad de dinero que poseo. Dicha prosperidad se manifiesta al reconocer que Dios me bendice todo el tiempo y en todo sentido. No es algo que buscar. Solo espera ser descubierta, y la descubro al tener fe en que Dios es mi fuente.

La prosperidad ha de ser cultivada internamente. Cuando comprendo el poder de Dios en mí, siento como que si hubiera heredado millones. Disfruto de abundancia duradera en todas las áreas de mi vida –buena salud, provisión y relaciones personales–. Las posesiones no pueden reemplazar el gozo que siento en la presencia de Dios.

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-Salmo 34:10

“Los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien”.