No les dieron importancia a la creencia popular de que casarse en un martes 13 les traería mala suerte. Antes, todo lo contrario, quienes ayer unieron sus vidas en matrimonio civil lo consideraron una bendición, que esperan perdure por muchos años.
Atrás quedó el mito para 14 parejas (hasta las 16:30) de la fecha “salada”, que habla de no casarse ni embarcarse. Así, desde tempranas horas el Registro Civil Nacional, ubicado en Pichincha y 9 de Octubre, y el Municipal, que está en la cdla. Martha de Roldós, recibieron a los novios y a sus testigos.
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Nerviosos y con la ilusión de que ya nadie los va a separar, Ángel y María, de 18 años, se casaron ayer en el Registro Civil Nacional sin que sus padres se enteren. Solo llevaron a dos amigas que sirvieron de testigos de su amor mutuo.
“Al fin estamos casados. Estamos felices. Recién en la tarde les diremos a nuestros padres”, contó emocionado Ángel, tras darle el beso a María, luego de que la abogada Vannesa Pérez les leyera el acta 93-94, en la que constan ya como esposos.
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Otra pareja que también le restó importancia a la superstición del martes 13 fue la del ecuatoriano Carlos Galván, de 21 años, y a su novia mexicana Karla Ceballo, de 22.
“Lo pensamos bien y decidimos esta fecha que no a todo el mundo le gusta. También se dice que la novia no debe llevar perlas en el cuello y mi novia las lleva, pero son solo creencias”, relató el joven mientras esperaba que el Registro Civil le traiga los documentos que llevó un día antes para el acto civil.
Aparte de planificar entre ambos el día del matrimonio hubo quienes quisieron sorprender a sus parejas llevándola en secreto a casarse. Fue el caso de Juan Carlos Villón, de 25 años, y de Margorie Briones, de 21, quien en confabulación con sus suegros, familia y amigos íntimos le dieron “el regalo que esperaba”, relató Villón.
Como era el cumpleaños de Margorie (martes 13), la familia la llevó a pasear y luego al Registro Civil. Al llegar su novio le dio la sorpresa de que en unos minutos se convertirían en esposos. “Para mí esto no es ninguna mala suerte. No sabía nada y es lo mejor que me ha pasado”, expresó ya convertida en la señora de Villón, como le decía su pareja, con quien vive en unión libre desde hace seis años. De esta relación tienen un niño de 5 años.