Motivado por el proceso de regularización para taxis de servicio ejecutivo, Abel Miranda, de 47 años, entró a este gremio hace siete meses, luego de manejar un taxi amarillo por más de 20 años. Su condición de chofer con licencia profesional y dueño del vehículo que conduce, un Hyundai Accent del año 2009, lo mantiene confiado en que cumple los requisitos para ejercer esa actividad.