El personaje guayaquileño que hoy evocamos por los 230 años de su natalicio, dejó una obra para la emulación porque estuvo dirigida al robustecimiento de la identidad nacional y el mejoramiento de la vida de sus compatriotas. Fue pues, José Joaquín de Olmedo, prócer, estadista, defensor de la libertad, civilista, autonomista y constructor del país.