“Mami, este lo compré para usted”. Con esa frase, el adolescente Carlos Aníbal Salguero le daba un regalo a su mamá, Carmen Wallpher, tras su regreso de Estados Unidos, adonde viajó por estudios. Eran tiempos de Navidad y el obsequio fue un pesebre. Wallpher cree que su hijo tuvo presente las explicaciones que le impartió sobre qué significaba la venida del Hijo de Dios a la Tierra.
Aquel nacimiento marcó el inicio de una colección que ahora, 21 años más tarde, alcanza unos 485 belenes, de diversos materiales, de un sinnúmero de personajes con sus rasgos distintos, que presentan la diversidad cultural del mundo.
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Así, hay pesebres con protagonistas barbados, indígenas, afros..., que recrean el advenimiento de Jesucristo, en el momento que está acostado en una cuna de paja, con sus padres regocijados: la Virgen María y San José, también un ángel; y dos animales fuera del establo, una mula y un buey; o según la representación, una oveja, una llama, hasta un oso polar, como muestra un nacimiento cuyo escenario es el Polo Norte.
Los rincones de la casa de Wallpher, en la cdla. Miraflores, están llenos de estas representaciones. Sus escaparates y mesas acogen pesebres elaborados con una serie de materiales, entre ellos barro, madera, porcelana, cerámica, tagua, mármol, vidrio, hierro, etcétera.
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En diciembre, Wallpher exhibe la colección como una muestra privada a la que acceden familiares y amigos cercanos que la visitan. Y se enorgullece, pero, dice, sin que aquello suponga que deja de lado el significado del advenimiento del Hijo de Dios. “Jesucristo vino a la Tierra para salvarnos.
La cruz es la señal de que él murió por nosotros”, expresa al tomar un nacimiento de madera con ese símbolo en la parte superior.
Asimismo, en el domicilio de los Carló-Allieri, un escaparate concentra algo más de 300 diminutos pesebres traídos de varios puntos del mundo.
Cynthia Carló, de 26 años, la hija mayor del matrimonio, creció viendo de cerca la pasión de sus padres, Renato y Gina, por conocer sobre las expresiones de la Navidad en lugares lejanos.
Cynthia comenta que familiares y amigos también se encargan de aumentar la colección con pesebres que traen de sus viajes al exterior. Y aunque hay distintas representaciones, ella tiene su preferido en el que está recreado por los personajes de Snoopy, el perrito de la serie animada.
Monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil, considera que los pesebres constituyen una forma auténtica de vivir con alegría el misterio del nacimiento de Jesucristo. Y rescata que las diversas culturas se acerquen a esa realidad.
Comenta que hay países donde otros personajes y símbolos tienen más protagonismo en Navidad. “Los nacimientos son un tesoro espiritual que no se deben perder, por eso con las novenas fomentamos el nacimiento de Jesús”.