Cuando Rina Onofre y Johanna Aguilar, ambas de 30 años, llegaron a vivir a la isla Trinitaria –hace casi dos décadas– tenían que ingeniárselas para evitar caerse de los angostos e improvisados puentes de cañas que hacían de único camino para salir del sector. Sus modestos hogares de mangle y caña, elevados sobre el agua y el lodo permanecían distantes. Había una casa cada tres cuadras.
Ellas vivieron su adolescencia buscando agua en otros sectores, y a “la luz de las velas”, porque no tenían servicios básicos. Pasaban “encerradas en sus casas”, sin amistades y sin salir, porque los mosquitos “se las llevaban en peso”, relatan.
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Pero eso quedó para el recuerdo. Ahora la vida en la isla Trinitaria es otra para sus hijas. “Una ciudad más”, que cuenta con limitados servicios básicos, escuelas, áreas comerciales, calles pavimentadas y otras aún rocosas. Sin embargo, afirman que falta mucho por hacer, como controlar la inseguridad.
Ambas participarán hoy en la elección de Reinas de Reinas de la Isla Trinitaria, concurso que hasta ayer tenía inscritas a 320 candidatas, de las cerca de 80 cooperativas del sector. Con la actividad esperan integrar más a la comunidad, plantear los necesidades básicas de las áreas e iniciar “con orgullo” los festejos octubrinos, que recuerdan la Independencia de Guayaquil.
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Este certamen que por primera vez reúne a este número de candidatas y que elegirá a cuatro reinas (por las niñas, señoritas, madres de familia y profesoras) es organizado por la Asociación de directores y profesores de los establecimientos educativos fiscales, particulares y fiscomisionales de la isla Trinitaria, explica Marco Salinas, su presidente.
“Es una actividad que la retomamos después de que se prohibió la elección de reinas en las escuelas y colegios, porque nos parece interesante integrar a la comunidad con las escuelas; además de empezar los festejos de la ciudad”, señala Salinas. En años anteriores han tenido entre 20 y 30 candidatas.
Él trabaja desde hace quince años en la escuela Rosalía Arteaga, que se inició como “un plantel fantasma”, añade, porque no estaba registrado.
Ahora, que ha cambiado el sector y han superado problemas como las inundaciones, hay 21 escuelas fiscales, 6 particulares y unas 40 conocidas como “fantasmas”. Esto ante el crecimiento de la población y demanda estudiantil, “pues hay miles de familias”, dice.
En la isla Trinitaria se han asentado poblaciones de varios sectores del país, en su mayoría de Esmeraldas, Manabí y Pichincha; además de otras nacionalidades como peruanos y colombianos. También hasta ahí han llegado guayaquileños que vivían en otros sectores, como Mariuxi Mendoza, de 27 años, quien 8 años atrás residía en Cristo del Consuelo.
“Al principio me daba miedo salir a la calle por tantas cosas, como la delincuencia; ahora ya no quiero salir de la isla”, cuenta entre risas, Mendoza.
A la Trinitaria, años atrás, también le decían “la isla de los condenados”, por la cantidad de basura y peligros a los que se exponía la gente, añade Jackeline Rivas, de 36 años, una manabita que hace más de 12 llegó a vivir en el sector y hoy está en la cooperativa Los Ángeles Uno.
“Antes, todo el mundo venía a botar su basura a la isla porque había varios contenedores de desperdicios, incluso lo siguen haciendo. A veces se cree que somos nosotros, pero no es así. Todavía hay dos vagones que no han sido retirados. Pedimos mayor control sanitario”, manifiesta Rivas.
Narcisa Bone, de 29 años y maestra de la escuela Clara Felina Molina Avilés, llegó a vivir a la isla hace dos décadas, cuando ni se escuchaba hablar de las escuelas del sector. Y pese a que ha cambiado la educación en esta área, asegura que aún están esperando a los profesores de especialidades como Inglés, Computación, Educación Física, entre otras, “que nos ofreció el Ministerio de Educación”.
También piden la ampliación de los planteles educativos para evitar el hacinamiento, que existe mucho en la zona, como en la escuela Andrés Potes Duque, donde hay 8 aulas para más de 200 niños, relata Tatiana Leones, de 11 años, quien participa en el certamen en la categoría Reina de las Niñas.
La falta de alumbrado público en sectores más adentrados y de constantes patrullajes policiales, sobre todo en la noche, son otros problemas en la Trinitaria, que parecen no tener solución inmediata, dice Cinthia Álvarez, de 18 años, de la cooperativa Luchar y Vencer.
Mejorar la calzada de las calles que no son vías principales, construir pasos elevados para “evitar más muertos por accidentes”, dotar de servicios de agua potable a sectores más adentrados e implementar más puestos de auxilios comunitarios, pero con policías en su interior, además de crear sitios recreacionales como los parques, son los pedidos comunes de esta población.
Detalles: Festejos
Elección
Hoy, desde las 08:00 hasta las 12:00, serán elegidas las cuatro reinas de la isla Trinitaria, durante una gala en la escuela fiscal María Rivadeneira, coop. Polo Sur.
Desfile
El próximo 2 de octubre, también como preámbulo por las fiestas octubrinas, se desarrollará el decimoséptimo Desfile de Honor de la Isla Trinitaria, que partirá a las 08:00, desde la gasolinera Texaco Gool hasta la escuela Rosalía Arteaga Serrano, donde se ubicará la tarima. Participarán todos los planteles educativos, reinas y comunidad en general.
Concursantes
Compiten 320 candidatas de las 80 cooperativas del sector. Representan a escuelas fiscales, particulares y fiscomisionales, además de los barrios de la isla.
Textuales: Pedidos
Karina Jalca, 26 años
Candidata
“Somos gente amable, alegre, muy luchadora y dispuesta a trabajar. Pero queremos seguridad, asfalto y pasos peatonales para todos”.
Lissette Salas, 5 años
Participante
“Quiero que limpien y pinten mi escuela. Y quiero un parque más grande para jugar con mis amigas”.