Antes de convertirse en cantón, General Villamil, Playas, languidecía en un total abandono. “Sus calles eran polvorientas, llenas de baches y con animales que disputaban los desperdicios. El servicio de luz dependía de la contribución ciudadana para comprar combustible y solo alcanzaba para seis horas diarias.., un tanquero era un artículo de lujo”, recuerda el historiador Eladio Criollo, autor del libro Historia de Playas.