Mientras la cooperativa Reina del Camino atendía a clientes, junto a ella permanecía cerrado el local de Express Sucre y también el de Libertad Peninsular donde, en cambio, se efectuaban adecuaciones.
Así, las operaciones se desarrollaron de forma parcial en el segundo día de operaciones del Centro de Encomiendas de la Terminal Terrestre. Unas catorce de 27 compañías de transporte prestaron servicio.
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Aunque predominó el trajín de usuarios, también hubo movimiento del personal de las cooperativas, en las que llevó computadoras y ventiladores hacia las nuevas instalaciones.
Durante un mes, indicó María Luisa Barrios, vocera de la Fundación Terminal Terrestre, el servicio de encomiendas se ofrecerá paralelamente allí y en la estación de pasajeros.
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Aquello es parte de un proceso de transición, que ayer causó algo de confusión a usuarios como David Quintanilla, quien caminó desorientado por veinte minutos buscando el nuevo centro, anexo a la terminal.
Para William Ríos, empleado de la cooperativa Baños, el local rectangular, de unos 12 metros cuadrados, resultó muy pequeño. Manifestó que ante la falta de puestos más amplios disponibles, la compañía donde trabaja busca como opción una bodega, donde los espacios son en forma de L y tienen más de 40 metros cuadrados.
Barrios comentó que existe un proyecto de ampliación para alcanzar los 89 locales; y agregó que los directivos de las compañía eligieron, entre los disponibles, la dimensión de los puestos acorde a sus necesidades.
Cooperativas “con más movimiento” ocupan dos locales, como ocurre con Reina del Camino y Rutas Orenses.
El centro cuenta con un área de 1.500 metros cuadrados, tiene 60 parqueos, cuyo costo será el mismo que se cancela en la terminal: 0,40 dólares por hora. El cobro de la tarifa se iniciará el lunes.
En tanto, el calor molestó a usuarios y empleados de cooperativas. El centro no cuenta con ventilación artificial.