Día 1
Oración inicial para todos los días
¡María de la Buena Esperanza! ¡Madre de las madres! ¡Mi modelo! ¡Mi protectora! Acudo a ti, sabiendo que tú, la más bondadosa de todas las madres, no eres insensible a mis necesidades, deseos y desvelos. Escucha mi oración y preséntala ante al Altísimo. Amén.
La madre da vida y da la vida
La Anunciación (Lc 1:26-37): Dios, por medio del Ángel propone a la Virgen ser Madre: “Concebirás y darás a luz”. Es la sublime misión de toda madre: engendrar hijos y entregar la propia vida al servicio de la vida que ha engendrado. ‘Dar vida’ y ‘dar la vida’ es el resumen de la noble misión de Madre. María pone su capacidad de ser madre al servicio del Señor, no solo engendrando a su Hijo, sino consagrándose en cuerpo y alma a Su servicio en el hogar de Nazaret.
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Súplica: Madre mía: Sé que ser madre, no solo es ‘dar vida’, sino también ‘dar la vida’. Te pido que me concedas ambas gracias: la de dar a luz a mi hijo y, luego, entregarme a él generosamente en mi hogar, con amor incansable, siguiendo tu ejemplo.
Diálogo: ¡Hijo mío que estás en mí!: Te prometo darte mi vida, darte mi amor, vivir a tu servicio. Hijo mío. Cuenta conmigo. Avemaría.
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Oración final para todos los días
Madre de la Buena Esperanza, te pido por la vida y la salud de mi hijo, tanto material como espiritual. Te pido hacer de mi embarazo la etapa más religiosa, más espiritual y más feliz de mi vida. Avemaría. Gloria al Padre.