Recuerda sus inicios vagamente de la mano de su madre, también escritora, caminando entre libros y bibliotecas.   Nacida  en 1970, en La Habana, Wendy Guerra es  poeta y diplomada en dirección de cine.  En los últimos años incursionó en la  narrativa.    Su nuevo libro   se titula  Nunca fui primera dama.  Es una novela sobre tres mujeres, en etapas distintas de la Cuba de los años sesenta, setenta y noventa. Tres mujeres en un mismo libro rosado. Con la novela   Todos se van     obtuvo el Premio Bruguera  en el 2006. Es una obra escrita en forma de diario y de alguna forma toda su literatura  posterior va en esa tónica.  “Son diarios, diarios de vida, delirados, pero diarios”, dice la escritora.

A raíz del premio Bruguera, ¿cómo siente que ha evolucionado como narradora?
Trabajando mucho. Muchas ferias  del libro, tratando de escribir en los hoteles, pero muy contenta de la oportunidad de vivir de lo que hago.
 
¿Cómo fue el proceso de elaboración del diario apócrifo de Anaís Nin? 
Primero leer todas las referencias a Cuba que ella hacía y luego delirar un poco qué fue lo que ella hizo en Cuba, pues solo hay cuatro  páginas escritas de su vida en Cuba, y allí de fresca y atrevida yo me robé su vida y la deliré en un apócrifo que se llama Posar desnuda en La Habana.
 
¿Cómo está, a su juicio, la literatura latinoamericana? 
Muchos jóvenes, reviviéndola. Somos parte de ello y trataremos de empujar allí nuestros pequeños espacios.
 
¿Y a raíz de la asunción del mando de  Raúl Castro y de la salida de Fidel ha cambiado en algo Cuba?
El tiempo que yo he estado
allí no he notado mucho cambio, cambios grandes, ni importantes.
 
¿Qué cambios debería haber?
No lo sé, es como un matrimonio, hay que vivirlo.
 
¿Cree que habrá algún cambio con la elección de Barack Obama como presidente de los  Estados Unidos?
Yo espero que cambie cosas en el suyo, no en el mío. Y ojalá que quiten el embargo (económico), pero eso no lo decide un presidente, (sino) muchas cosas más que un presidente.

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¿Será un avance retirar la cárcel de Guantánamo?
Sí, no tendremos gringos en Guantánamo. Tiene que ver con la autonomía.
 
¿En Cuba hay libertad?
Es una pregunta muy grande para una isla tan pequeña. En Cuba hay la misma libertad que hay en la cabeza de uno, con todas las represiones que tiene uno y con todas las limitaciones que tiene el ser humano.
 
¿Qué se siente ser una escritora joven?
Que hay que añejarse como el vino para ser una buena escritora. Estuve  en lo de Carlos Fuentes (el homenaje que se le rindió en México al autor). Sentarse al lado de Elena Poniatowska es una responsabilidad insolente y me temblaban las piernas, pero bueno trataré de que mi trabajo y mi concentración me lleven a hacerme merecedora de esas sillas.

¿Y a futuro qué espera de su trabajo?
Estar viva, porque mi trabajo lleva mucha exposición, espero sobrevivir a mis propias exposiciones.
 
¿Y la salud del libro es buena?
Sí. No se puede vivir sin leer, yo no puedo, es mi alimento.