Una cadena y un candado en la puerta impiden el acceso a las lagunas de oxidación.

Los habitantes de la cooperativa Las Palmeras II llevan más de un mes asentados en las lagunas de oxidación, ubicadas en la nueva autopista Terminal Terrestre-Pascuales, y ya han tomado sus previsiones. Es tal el hermetismo con el que viven que, desde hace dos semanas, la puerta de ingreso está cerrada con cadenas y candado.

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El acceso a las lagunas de oxidación está ‘protegido’ por quienes se dedican a hacer guardias para evitar que “infiltrados” ingresen a los terrenos, explicó Carlos Zambrano, presidente de la cooperativa.

“Nosotros pusimos cadenas para evitar que esto se llene de infiltrados y estamos prevenidos en cuidar las maquinarias de Interagua (concesionaria que realiza trabajos en las lagunas de oxidación de la zona)”, explicó el dirigente.

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Según Zambrano, los habitantes de la zona se sienten “amparados en la nueva Constitución”. “El Gobierno nos debe dar un lugar donde podamos vivir dignamente. Además, nosotros estamos legalmente constituidos, según consta en el Registro Oficial desde 1993”, agregó.

Adelantó que se mantendrán en los terrenos y que piensan urbanizarse.

Sin embargo, la medida de estos habitantes ha creado malestar a la concesionaria. Así lo confirmó Ilfn Florsheim, vocera de Interagua, quien aseguró el pasado viernes que los invasores están afectando las labores de los técnicos.

Asimismo denunció que los invasores están ingresando materiales para iniciar la construcción de sus viviendas, utilizando un terreno que dicen les corresponde por ley.

La representante de la concesionaria también se refirió a un problema de tipo sanitario.  “Si esta gente continúa asentada en ese lugar y construye viviendas, dónde van a parar las aguas servidas de Samanes, Guayacanes, Cooperativas Varias, Vergeles y Bastión Popular”, alertó Ilfn Florsheim.

DETALLES: Involucrados

‘Simples observadores’
Ilfn Florsheim, vocera de Interagua, criticó la labor de los guardias de seguridad que están en las afueras del sitio. “Ellos no se meten. Hay problemas serios y son simples observadores”, dijo.

En conversaciones
Carlos Zambrano, presidente de la cooperativa, advirtió que los habitantes (cerca de 400) no se moverán del lugar y que están en diálogos con el gobernador, Francisco Jiménez, para legalizar ‘sus tierras’ o llegar a un acuerdo.