La pausada y cálida forma de hablar se acelera a medida que va entrando en confianza, demostrando la pasión que esconde detrás de su trabajo y el orgullo de hablar sobre otros temas que tanto le interesan, como su propia familia o la moda. Regresando con el personaje de Carrie Bradshaw y la versión cinematográfica de la serie de TV Sex and the City, a toda costa también busca esconder la sorpresa que encierra la película, sin poder disimular la euforia de ver a su personaje con vestido de novia, insinuando al menos una parte de la tan esperada producción. - ¿Por qué esperaron tanto tiempo para llevar al cine el mismo éxito que tuvieron en televisión con Sex and the City?- Cinco años es el tiempo perfecto, pero también es un buen momento para contar esta historia, porque no es lo que hubiéramos podido contar hace cinco años. Conseguimos un guión magnífico y hermoso, que habla sobre mujeres en cierto punto de sus vidas y me siento agradecida de haberlo logrado. - ¿Cómo fue que se decidió por la vuelta?- Por instinto. En abril del 2006 decidí llamar a mi representante para comentarle que debíamos revisar la idea. Igual, me tomó más tiempo pensarlo y conseguir la oración correcta para incluir también al director, Michael Patrick. Desde aquel día, hasta hoy, la película murió cientos de veces. Ha pasado por muchas manos, mucha gente diferente en la producción y muchas dudas también. - ¿Qué comentarios recibe de la gente?- La gente está respondiendo muy bien. Han sido muy positivos, incluso aquellos que nunca vieron la serie o no tienen ninguna conexión emocional. El guión tiene vida propia, no necesitas conocer la serie de TV. - ¿Y cómo recibe los elogios?- Es maravilloso. Es increíble haber logrado algo donde la gente se siente identificada y tiene sentido para tantas personas. Supongo que tiene mucho que ver el hecho de haber entrado en la casa de la gente. No nos habíamos dado cuenta del nivel que habíamos alcanzado, incluyendo la audiencia que creció con el DVD. Es increíble.El paso de la TV al cine es un sinónimo de éxito para cualquier actor. Pero cuando la fórmula se revierte, volver del cine a la TV usualmente ‘suena’ a fracaso. Cuando Sarah Jessica Parker accedió a protagonizar la serie Sex and the City, conocía el desafío y la presión de demostrar lo contrario. Aceptando la polémica de abarcar con madurez la sexualidad femenina, apenas si pidió como única condición evitar la filmación de cualquier escena desnuda. Y sin darse cuenta, también descubrió la clave de esconder aquella cláusula, desplegando las mejores tendencias de moda, mientras imponía otro tipo de ideas, como el trago Cosmopolitan o la abierta relación sexual femenina del siglo XXI (aunque suene extraño que la serie haya empezado realmente a fines del siglo pasado... en junio de 1998). Noventa y cuatro episodios después, a lo largo de seis años, la más femenina telenovela americana se convirtió en un verdadero clásico en la historia de la televisión y (ahora) el cine. - ¿Alguna vez explicaron cómo fue que se conocieron estas cuatro mujeres?- No. Nunca se dijo y yo tampoco pregunté. No lo sé. - ¿Y en qué medida afectó su carrera cinematográfica la serie de TV Sex and the City?- Hoy tengo muchas más ofertas que a lo mejor no hubiese tenido si no hubiera estado todos esos años en televisión y mucho más importante, si el show no hubiese tenido el impacto que tuvo. Realmente cambió el panorama en todo sentido, pero es evidente en el campo profesional.En Nelsonville, Ohio, Sarah Jessica Parker nació el 25 de marzo de 1965, entre tres hermanos y otros cuatro hermanastros (del segundo matrimonio de la madre, Barbra Forste). Con parecidas ambiciones de triunfar en el mundo del espectáculo, la familia entera ya se había mudado a Nueva Jersey, cuando Sarah y cuatro de sus hermanos resultaron seleccionados en la producción musical The Sound of Music (la misma versión que Julie Andrews hizo famosa en cine). Sarah también protagonizó en Broadway el musical Annie y a los 8 años ya había debutado en televisión. Recién en la adolescencia cruzó al cine con películas como Footloose con Kevin Bacon y Girls Just Want to Have Fun con Helen Hunt. Claro que la recordamos mucho mejor al lado de Nicolas Cage en Honeymoon in Vegas o con Bruce Willis en Striking Distance y Steve Martin en L.A. Story. El teatro y Broadway igual siguieron tomando importancia. Protagonizó con su marido, Matthew Broderick, la obra How to Succeed in Business Without Really Trying, antes de ganar un premio Tony (el Oscar del teatro) con Once Upon a Mattress; hasta que aceptó la famosa serie Sex and the City, donde también fue galardonada con un Emmy (el Oscar de la TV) después de seis nominaciones consecutivas. - ¿Vio la encuesta de internet donde las mujeres eligieron Sex and the City como la película más esperada entre todas las superproducciones de esta temporada?- La vi. Alguien me la pasó. Igual, no sé lo que puede traducirse al fin de semana del 30 de mayo. No lo sé. Yo ya estoy contenta, porque es la primera vez que nos incluyen con los hombres. Si te fijas, en los diarios siempre se enfocan en los hombres y es aceptable. Ya estoy acostumbrada, pero es lindo ser parte de la conversación, definitivamente. - ¿Y qué opinan los hombres en general sobre Sex and the City?- Por lo que me comentan, es algo que pueden ver con la novia o la esposa. Dicen que al principio no les gustaba, que los llevaban a empujones para ver la serie en TV los domingos por la noche. Pero también tengo la impresión de aquellos que se animan a hablar, que es algo que hacen con una mujer en sus vidas, para compartir el momento. - En las escenas de amor usted siempre aparece con ropa interior y jamás se la vio desnuda en cine. ¿Ni siquiera discutieron el cambio para atraer al público masculino?- ¿Qué puedo decirte? Tengo una cláusula en mis contratos donde no puede haber desnudos. Ha estado siempre desde que tenía 8 años. - ¿Y nunca le trajo problemas?- No, no. - ¿Le preocupa el cambio del físico con el paso de la edad? ¿Algún consejo al respecto?- No soy la mejor para dar consejos y por eso siempre me rehúso. Pero creo que los 20 años deberían servir para improvisar y viajar en la curiosidad, sin fijarte demasiado en quien quiera que seas o lo que incluso serás o con quién vas a casarte o ponerte de novio; hay que volar entre todas las posibilidades. Me parece bastante desafortunado cómo la gente se siente cuando sale de la universidad, porque recién pienso que los 30 es la edad para entrar en camino, darte cuenta de la libertad y desarrollar cierto interés. Y después, los 40, para mí, le dan sentido a las otras dos décadas. Definitivamente soy más inteligente, sé mucho más, pero estoy contenta de no haber sabido lo que hoy sé, estoy contenta de haber cometido aquellos errores, para poder seguir una vida con más sentido, basándome en los otros 20 años. Casada con el actor Matthew Broderick, Sarah Jessica Parker tiene muy poco que ver con el inseguro personaje de la soltera Carrie Bradshaw. A diferencia de la ficción, en la vida real, ella siempre encontró el balance familiar con el perfil profesional. Habiendo vivido otros romances famosos, Sarah ya había estado de novia durante casi siete años con Robert Downey Jr. en la década del ochenta, antes de salir con John Kennedy Jr. y el cantante Joshua Kadison (que incluso le compuso el tema Jessie después de la ruptura). Gracias al hermano Timothy Britten Parker, Sarah terminó conociendo a Matthew Broderick, un amor que llegó al casamiento, el 19 de mayo de 1997. Y el mejor ‘final’ (o principio) tuvo lugar el 28 de octubre del 2002, cuando en el Hospital Lenox Hill de Nueva York nació el único hijo, James Wilke (en honor al suegro James Broderick y el escritor Wilkie Collins). - ¿Su hijo sabe algo de la película?- Mi hijo me pregunta por qué tengo que salir a trabajar para Sex and the City. Lo dice así, pero no tiene idea de lo que significa la película. Solamente lo sabe porque le dije que no iba a estar en casa este fin de semana. Apenas si sabe que somos actores y por un tiempo pensó que todos los padres eran actores. Ahora al menos se da cuenta de que hay una pequeña diferencia. - ¿Es verdad que su hijo apoya a Barack Obama para las elecciones?- Sí, todavía apoya muchísimo a Obama. La otra noche, en las elecciones primarias de Pensilvania, antes de ir a dormir le prometí que a la mañana siguiente, antes de ir a la escuela, le iba a contar quién había ganado. Y él saltó diciendo “¡Mejor que sea Obama!”. Le dije que no se preocupara y me preguntó: “¿Pero esta vez vamos a poder decidir quién va a enfrentar a McCain?"”. (Riendo) Por supuesto, le contesté que no lo sabía. - ¿Se imagina a su propio hijo cruzando la barrera del ‘sexo en la ciudad’? ¿Se lo imagina de novio... con una mujer?- O un hombre (se ríe). Es difícil, muy difícil imaginar a mi hijo compartiendo cierta intimidad con cualquier mujer. No puedo, no puedo. Es extrañísimo. Ni siquiera sé cómo va a ser a los 10 años, menos puedo imaginarlo en una relación íntima con una mujer a los 35. Por lo menos, espero estar viva. - ¿Su esposo, Matthew Broderick ya vio la película?- La vio. - ¿Y?- Él vio una versión diferente de la película. La había visto el 16 de febrero, cuando el filme tenía 2 horas y 40 minutos. A lo mejor no tanto, pero era mucho más larga que la actual. Matthew tampoco es muy demostrativo, pero me elogió sin ningún tono falso. Para mí fue una tranquilidad. Estaba muy orgulloso. - ¿Qué es lo que cortaron exactamente en la versión definitiva de la película?- Toda una parte entera. El director debería contarlo, porque no quiero revelar ningún secreto. Hay un libro que hicimos con todas las escenas, porque justo lo imprimieron cuando (el director) Michael todavía estaba en la sala de edición. Y ahora nos damos cuenta de que aquel libro cuenta una historia diferente de la película. Es increíble. - También descubrimos una gran diferencia entre su boda y la de Carrie Bradshaw en la película. ¿Es verdad que se casó con Matthew Broderick vestida de negro?- Sí, sí, sí. - ¿Por qué?- (Ríe) Ya llamo bastante la atención como actriz y por alguna razón tenía la impresión de que ese día no debía ser el centro de atención y mi esposo pensaba igual. Creo que teníamos vergüenza de aparecer como novios tradicionales. Queríamos organizar una fiesta donde no llamáramos tanto la atención. “Ya bastante tenemos con el trabajo”, pensamos. Y por eso hicimos lo imposible por desafiar las ideas convencionales. - ¿Hoy cambiaría de parecer?- ¿Si me arrepiento? Hubiera deseado darles más importancia a ciertas partes de la ceremonia, pero me encantó la forma en que pasó todo, porque te muestra cómo soy yo. Además, tengo un compañero maravilloso y probablemente haya sido la noche más hermosa de mi vida. Mejor lo dejo todo tal cual como salió. - ¿Al menos disfrutó el proceso de elegir el perfecto vestido de novia para el rodaje de la película? ¿Cuántos vestidos se probó esta vez?- Debe haber habido cien, fácil. Empezamos a hablar sobre los vestidos de novia a principios del 2007 y fue realmente divertido. Y no porque haya cumplido ningún sueño del vestido que nunca tuve, sino porque había diseñadores de toda Europa, Harlem, el bajo este de Nueva York, algunos modelos antiguos de Miami, vestidos transparentes, otros de los años sesenta, algunos de la década del cuarenta. Era ridículo, pero maravilloso. Te da una idea sobre el proceso que pasamos para filmar la película. No fue nada fácil. Convirtiéndola en un ejemplo de la moda, gracias a Sex and the City , Sarah Jessica Parker se tomó el título en serio cuando también vistió nada menos que quince trajes diferentes en la entrega de premios MTV del año 2000 y además firmó un contrato multimillonario con The Gap (aunque nunca antes había vestido aquella marca en TV), sumando un perfume propio con el nombre Lovely. Aun así, detrás de cámara, la moda y Sarah Jessica Parker van por caminos muy distintos. - ¿Se considera una experta en la moda?- No soy ninguna experta en moda. - ¿En serio?- Te juro que no. Bueno, me visto bien cuando necesito, como para ir a la iglesia, aunque tampoco voy a la iglesia, es un decir. - ¿No le gusta ningún diseñador en particular?- Me gustan muchos diseñadores. Pero soy la peor aficionada. Amo los vestidos hermosos, aunque la mayor parte de mi vida nada tiene que ver con eso. Ocasiones como estas me lo permiten, pero honestamente, yo casi ni salgo. Raramente voy a alguna premier. Y por eso estoy en jeans la mayor parte del tiempo. Ya sabes, soy mamá y esa función siempre va primero. Ni siguiera salgo de compras seguido. No tengo que ir a comprar zapatos todo el tiempo. No voy de shopping. Voy en muy raras ocasiones. Igual me gustan los hermosos vestidos y Dios sabe que tuve acceso a muchos de ellos, por muchos años. Por eso, soy tan susceptible al deseo, pero no es una parte importante de mi vida.