Los estudiantes aprendieron destrezas y reforzaron su parte académica.
Amadeus Marín, de 13 años, salió agitado ayer de su última clase de natación en el complejo de piscinas de La Pradera de la Federación Deportiva del Guayas (av. Veinticinco de Julio).
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Él, así como otros 3.500 alumnos de centros educativos, quienes se inscribieron en esta disciplina organizada por las Escuelas Deportivas Vacacionales de la Municipalidad, ocuparon sus vacaciones para aprender alguna disciplina.
“Me perfeccioné en natación en dos meses”, refiere emocionado. Él está próximo a ingresar a segundo año de secundaria del colegio Misael Acosta.
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Otros estudiantes, como Paloma Intriago, de 11 años, en cambio optó por aprender a bailar ballet, jazz y danza moderna en la academia de baile Danstar. Los cursos los tomó durante febrero y marzo, de lunes a jueves por la tarde. “Me da pena porque ya culmina todo. Estoy preparando un número de danza moderna que lo exhibiremos este domingo (mañana) en Tablaraza (cdla. Guayaquil) a las 11:00”, dijo la pequeña que está próxima a ingresar al séptimo año de básica de la unidad educativa Vida Nueva.
Según datos de la Dirección Provincial de Educación, en el 2005-2006 culminaron sus estudios en Guayaquil 56.891 alumnos en el nivel preprimario; 280.963, en primaria, y 193.574 en secundaria. Un número similar de estudiantes incursionó desde enero de este año hasta fines de este mes en diversas actividades vacacionales como teatro, música, danza, que algunos alternaban con la culminación de tareas enviadas por sus maestros.
Pocas tareas
Aunque algunos catedráticos no comparten esta última actividad (la realización de tareas vacacionales). “Los chicos necesitan descansar su cerebro. Las vacaciones fueron hechas justamente para que ellos se puedan relajar”, refirió la vicerrectora, encargada, de la unidad educativa Santa María de los Ángeles, ubicada en la cdla. Santa Mónica, av. 25 de Julio. En este plantel las dos primeras semanas de clase están dedicadas exclusivamente a dinámicas y actividades no académicas hasta que el chico o chica se adapta al inicio escolar.
Otra opción para ocupar el tiempo libre y reforzar al mismo tiempo las materias que se verá en el siguiente año lectivo son los cursos de nivelación que se imparten en algunos planteles. Génesis Espinoza, de 12 años, recibió clases de inglés, matemáticas y lenguaje en el centro educativo fiscal José María Egas. El rector de ese plantel, Luis Fiallos Moreno, se mostró contento frente a un auditorio de padres de familia que habían acudido con algunos de sus hijos para matricularlos. “La verdad nos da un poco de tristeza dejar las vacaciones, pero lo ‘chévere’ de empezar clases es que todo está nuevecito”, agregó Espinoza, un pensamiento que también compartió su madre, Nubia Ríos.