La Fetug estudia la posibilidad de convertirse en cámara.
La tradicional imagen gremial del transportista urbano podría cambiar a una empresarial con la creación de la nueva cámara de transporte urbano.
Esta es una idea que se estructura desde hace un año en la Federación de Transportistas Urbanos del Guayas (Fetug); con ella busca mejorar su imagen ante la ciudadanía.
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El presidente de la entidad, Augusto Aguirre, considera que este es el momento oportuno para el cambio, ya que va a la par con la implementación del sistema de transportación Metrovía. Pero detrás de estos objetivos, Aguirre visualiza los beneficios que a futuro podría tener el organismo, si se conforma la nueva corporación.
Entre esos está ganar representatividad en instituciones como el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MOP). Pero la Fetug también apunta a volver a ser parte del directorio de la Comisión de Tránsito del Guayas (CTG).
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Posición a la que solo podría acceder si esta cámara es creada mediante ley, aunque Aguirre señala que inicialmente se conformaría la nueva cámara a través de un acuerdo del Ministerio de Transporte y dentro de la provincia del Guayas.
Pese a lo expresado por Aguirre de que la Ley de Cámaras les otorgaría la potestad de reincorporarse al directorio de la CTG, el art. 123 de la Constitución Política de la República del Ecuador lo prohíbe, puesto que “no podrán integrar los organismos de control quienes tengan intereses en áreas relacionadas a dicha regulación”, explica Fabrizio Peralta, asesor jurídico de las Cámaras de la Producción de Guayaquil.
Aguirre confirma que el cambio tiene además dos objetivos: la oportunidad de acceder a créditos otorgados por el Banco Nacional de Fomento y el anhelado incremento del pasaje de transporte urbano.
Para este dirigente, el usuario también ganaría con la conformación de la cámara de transporte, pues asegura que el servicio que presta la Metrovía va a mejorar al ser una sola voz la que reclame sus derechos y mejoras económicas.
Pero esta idea no es nueva en el país, la primera experiencia se dio en Cuenca hace más de seis años. “Esto nos ha servido en las negociaciones de los nuevos sistemas que se implementen en el servicio, recorridos, rutas, pero no para hacer frente al Municipio”, indica su presidente, Patricio Segarra.
Refiere que así han podido trabajar unidos y en coordinación con el Cabildo de su ciudad, que es el encargado de regular y controlar el tránsito.
Además les ha permitido tener representatividad ante el Municipio y voto a la hora de negociar sus contratos en lo relacionado con la transportación, para que esto no dependa de otras entidades.
Para ellos los beneficios son contar con servidores de combustible, costo accesible de los repuestos, poder exigir sus derechos y defender su opinión.
Con ley o sin ella, mediante acuerdo ministerial o no, la palabra cámara no es de uso exclusivo de un determinado grupo, puede ser utilizada por cualquier cuerpo de profesionales con una actividad afín, explica Peralta, quien dice que lo que realmente otorga es representatividad ante la sociedad.
Pero recalca que denominarse como tal solo es posible cuando se realiza una actividad sin fines de lucro y es creada por ley o por acuerdo ministerial.
Aunque afirma que por cámaras se reconoce más a las que nacieron por ley, ya que tienen derecho a poner representantes en instituciones públicas, así lo faculta su estatuto.
Esto las diferencia de las que se conformaron por acuerdo ministerial, porque jamás podrán ser parte de determinados organismos públicos.
“La finalidad de una cámara es social —dice—, defender los intereses de sus afiliados pese a que desarrolle actividades lucrativas. El dinero no va a los bolsillos de una persona en particular”, aclara Peralta.
Además sostiene que estos dineros deben reinvertirse en la misma cámara con capacitaciones, seminarios e incluso creando departamentos que presten servicios gratuitos a los miembros, como asesoría legal.
Pero no deberá mediar un pago monetario, “eso las convertiría en persona jurídica con fines de lucro o en una compañía”, añade Peralta. El presupuesto de la cámara deberá conformarse con cuotas que el directorio determinará que deben pagar sus afiliados.
El ministerio que autoriza su creación es el órgano que la regulará. En caso de desviar su actuar hacia cosas para las que no fue instituida puede ser disuelta, asevera Peralta.
Apuntes
El Reglamento de las Personas sin fines de lucro regula la conformación de las cámaras y para ello es necesaria la aprobación del Ministerio de Transporte. El presupuesto será financiado por los socios que recibirán los beneficios que señale el estatuto. El directorio será formado por un presidente, vicepresidente, vocales, tesorero, secretario y suplentes.
Cada compañía podrá mantener su directorio.